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Travesía que restaura

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Turismo interno

Por Yaritza Rivas

Árboles frondosos enormes rodean la finca de 374 cuerdas. En una pequeña fábrica artesanal, allí se producen dulces de cidra y de un peculiar limón del tamaño de un melón cantaloupe, que brotó en esas tierras hace una década. Edric Vivoni los siguió cultivando a través de injertos y hoy día hay cerca de 400 árboles de este peculiar limón que le ha dado fama al lugar.

Pero además, en la hacienda se cultivan plátano y café, y hay un gigante árbol de jobos de la india que el año pasado dio unos 5,000 jobos con los cuales se confeccionó mermelada artesanal en una pequeña fábrica que se ubica allí.

"La agricultura brega, lo que pasa es que hay que ser creativos", dice Edric, abogado de profesión, a quien siempre le gustó trabajar la tierra. Para él, es mejor aprovechar el fruto fabricando un producto. Su misión, hace más de tres décadas cuando se mudó al lugar, era mejorar la calidad de vida y cultivar parte de lo que come él y su familia.

Hoy, junto a los suyos, produce con lo que le da la tierra productos y experiencias memorables. Su esposa Luchy Vivoni ha ayudado a crear los dulces y jabones de cidra, limón, canela y avena.

Listo para dar la travesía botánica, Edric comparte anécdotas sobre los árboles. El nim espanta los insectos. "Nunca he visto un mosquito en la fábrica", dice. "El capulín, se le conoce como el árbol de ronca", le sigo atenta. Según él, la razón es por unos insectos que habitan el árbol y tienen un chirrido más ronco que el grillo. También tiene un fruto, del tamaño de blueberries, que cuando maduran se tornan rojo. "Sabe a kiwi", dice el anfitrión.

Seguimos hasta un árbol de cacao. Lo veo por primera vez y toco la semilla. Al lado, hay un palo de aguacate muerto. Edric explica que fue sembrado en malas condiciones. El terreno es muy húmedo y lo ataca un hongo en las raíces. Sin embargo, el cacao vive ahí mismo feliz.

Sigo y aprendo de las cítricas, los injertos. Luego veo un majón y un ilán ilán. ¡Cuál de los dos árboles más enorme! Tras rodear la finca terminamos junto a la cocina donde su hijo Ventura Vivoni ya...

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