Travesuras caninas

Por José Borges

La trama no es muy complicada: un perro llamado Juan Fausto aparece en el patio de unos niños, quienes lo aceptan en su hogar. La familia lo cuida y se da cuenta de que el perro es muy inactivo: no corre tras tirarle una pelota ni juega con los demás. Un domingo lluvioso, durante una visita al pueblo y a la iglesia, Juan Fausto se activa. Salta por los charcos y el lodo, y hasta entra en la iglesia y aúlla durante la misa. Esto le causa vergüenza a la familia, que sufre el bochorno a causa de su mascota. A partir de este punto, la historia entra en su fase de resolución y acaba el cuento con algunas moralejas implícitas.

Se trata de una historia lírica que, a lo largo de su rima, entretiene. Los personajes y la historia son simpáticos y llenos de humor. A la vez, utiliza varios refranes que luego se explican en un pequeño glosario...

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