Los treinta y tres

Ruth Merino Méndez

Notarán que tuve un exquisito cuidado al escribir el párrafo anterior. No quiero copiar la nota, solamente aludir a su contenido. Creo que así evitaré problemas legales.

Ahora bien, me he puesto a pensar en que realmente esto podría ser el primer indicio de una tendencia interesante y muy propia del siglo 21, bendecido y victimizado a la vez por la explosión mediática.

¿Qué tal si cada vez que decimos algo que nos parece brillante -posiblemente sólo a nosotros mismos- corremos a inscribirlo?

Claro, ninguno de nosotros puede comparar sus circunstancias con las del minero que escribió la nota. Debido a ellas precisamente -al sacrificio y al heroísmo, a la solidaridad y a la voluntad de sobrevivir- la frase ha dado la vuelta al mundo y ha sido reproducida en la prensa y usada en camisetas, gorras y banderines.

Y no hay que olvidar que se convirtió también en la primera clara señal de esperanza para una nación angustiada y un mundo que sentía la tragedia como propia.

Pero ahora que fue inscrita, ¿quién puede evitar que la idea coja vuelo? Anticipo que si eso sucede, andaremos por ahí pronunciando frases que se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR