Tres décadas Rebasando Fronteras

Lo primero que se observa es un salón amplio, frío, repleto de objetos. Todo está celosamente colocado, pero se siente extrañamente desordenado. En las paredes decenas de fotografías en marcos grandes, pequeños, enormes, arriba, abajo, horizontal, vertical. Y en el suelo, objetos de todo tipo que están hechos para mirar, pero que dan ganas de tocar, que se sienten cercanos y distantes y que han dejado de ser cosa para ser obra.

En medio de todo eso, Víctor Vázquez, artista puertorriqueño, saluda calurosamente con una sonrisa y un apretón de manos, y se excusa.

“Voy a salir un rato, si no hay problema, porque hace demasiado frío”, dice y sale de la sala del Museo de Arte de Puerto Rico que lleva visitando por el pasado mes.

Afuera, sentado en un banco de madera y tomando sorbos de un humeante café, habla pausadamente de “Pulguero”, título de su retrospectiva con la que celebra 30 años de quehacer artístico y la cual inaugura esta noche.

El nombre de la muestra, la cual recoge 109 obras, ayuda a trazar el camino para adentrarse en la mente de este genio creativo. Cuando era apenas un adolescente, Vázquez se enamoró de los pulgueros, esos mercadillos mágicos donde los objetos se convierten en narradores de historias. Desde entonces, estos lugares son para el artista su materia prima.

“En los pulgueros te encuentras muchas cosas que hablan de diversas realidades, pero todas están interactuando de manera armoniosa. El pulguero es esa armonía entre lo diferente, son cosas dislocadas que dialogan en los márgenes”, señala.

La retrospectiva de Vázquez es justo eso, un recorrido no lineal por su obra, donde se presentan piezas de diversos periodos que se entrelazan en un diálogo que invita a reflexionar en torno a las construcciones y narrativas establecidas e impuestas por la sociedad.

A través de un lenguaje conceptual creado mediante fotografías, vídeos e instalaciones, Vázquez presenta una especie de panorámica arqueológica en la que aborda temas como la memoria, la historia, la migración, el cuerpo como estructura semántica y la relación entre imagen y palabra.

Una de las piezas que se destaca es precisamente la que lleva el título de la muestra, en la que se observan diversos cachivaches amarrados a un carrito que está colocado en los rieles de un tren. Esta obra, que el artista creó específicamente para esta retrospectiva, trabaja el tema del exilio, del viaje, pero sobre todo de la construcción del individuo.

¿De qué estamos hechos? ¿Con qué...

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