La triple vida de Edgar López

Por José A. Sánchez Fournier

jose.sanchez@elnuevodia.com

"Sinceramente, esto tiene que apasionarte. Yo siempre digo, al que no le guste de verdad esto va a coger dos 'bimbazos' y se va a bajar del ring. En mi caso, he recibido los dos 'bimbazos' y sigo con las ganas de dejar mi nombre plasmado en el boxeo", respondió recientemente López en entrevista con El Nuevo Día, explicando qué lo motiva a seguir de lleno en el boxeo, a pesar de que está muy bien encaminado como contador de la firma Price Waterhouse y estudiante de cuatro puntos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.

Los 'bimbazos' a los que se refiere los recibió en su segunda pelea profesional, de parte de Félix Rivera, el 15 de julio de 2011 en el coliseo Cosme Beitía Sálamo de Cataño.

Rivera lo lastimó malamente al abrir el segundo asalto. Le pegó una derecha al rostro que lo tiró aturdido al suelo. López se levantó lastimado y desorientado. La pelea pudo haber sido detenida en ese momento. Pero el árbitro Roberto Ramírez, hijo le permitió seguir.

Sasso, como conocen a López, resistió el embate de Rivera, comenzó a atacar al cuerpo y finalmente le pegó una combinación 2-1 en el rostro. Esos golpes enviaron a Rivera de frente al suelo, víctima de un nocaut fulminante.

Fue una pelea emocionante, en la que Sasso no mostró gran técnica o defensa, pero sí buena condición y mucho corazón.

La victoria le ganó muchos adeptos en Estados Unidos, ya que fue transmitida por Solo Boxeo de la cadena Telefutura.

Al día de hoy, su madre no ha visto la contienda. Su padre, sí.

"Le permito (boxear) porque a él le gusta esto", dijo Angel López, progenitor del púgil.

No fue fácil convencerlo.

"Mis padres lógicamente estaban en contra de que yo ejerciera el boxeo como mi profesión", indicó López.

"Yo me senté una tarde con ellos y les dije bien claro: 'Mami, Papi, yo voy a seguir boxeando. Pero les aseguro que no voy a bajar las notas'. (Colegio La Salle). Mi madre sigue en la campaña en contra, pero me apoya" continuó relatando.

Fue don Ángel quien inadvertidamente hizo que su hijo se interesara por el boxeo.

"Esto fue por un error mío. Cuando eran pequeños (Edgar y su hermano mayor) tenían una trifulca entre ellos, en la época esa que eran adolescentes y se pasaban peleando...

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