Triste vuelta al hogar que ya no está

GUAYANILLA.- Dos hombres en capacete entran a la casa y comienzan a examinarla con las maneras de un médico ante un paciente. Palpan las paredes. Le observan las coyunturas. Alumbran con lámparas de mano hacia sus rincones menos accesibles. Hacen algunas preguntas sobre el historial. Se consultan entre ellos en voz baja. No pueden a menudo disimular semblantes de preocupación.Son ingenieros enviados por la Ciudad de Nueva York que examinan en este, y en otros municipios, el estado en que quedaron las casas afectadas por los terremotos del 6 y 7 de enero.En una de las casas que visitaban en una tarde reciente, en el sector Solares Nuevos del barrio Indios de Guayanilla, hace poco palpitaba con fuerza la vida. Vivían allí un matrimonio y sus hijos de 21 y 16 años.En la madrugada del 7 de enero, en los segundos espantosos en que la tierra se sacudía como si la hubieran dinamitado, los cuatro supieron los unos de los otros cuando se encontraron, a oscuras, bajo la mesa del comedor. Fue la última vez que estuvieron juntos bajo aquel techo.El jueves, cuando los ingenieros de la Ciudad de Nueva York entraron a ver la casa por dentro, solo quedaban ecos de aquella vida. Unas fotos familiares que habían caído al suelo, un "te amo" escrito con lápiz labial en un espejo, detalles así de cómo es la vida en una familia. El resto era desorden, penumbras, olor a vacío.Los ingenieros terminaron su análisis, salieron y dieron su diagnóstico.La receta la escribieron con aerosol en una de las de las columnas junto a la marquesina de la casa: la temible X roja que significa que la residencia ya no es habitable. La familia Vega, que crió hijos y sembró memorias allí por 20 años, tiene que buscar otro sitio al cual volver a llenar de las palpitaciones de la vida.Adriana, la hija de 16 años, que no ha conocido otro hogar en su vida, se conmovió al saber el destino de su casa. "Aquí crecí, aquí pasé mi infancia. De verdad que duele mucho. Nunca pensé que esto iba a pasar", dijo, con los ojos llorosos.Dos semanas después de los terremotos que azotaron a esta región de la isla los pasados días 6 y 7 de enero, con miles de personas todavía viviendo en refugios o porque perdieron sus casas o porque tienen miedo de volver a las que quedaron de pie, ya que aquí sigue temblando, un nuevo drama se desarrolla en estos días.Los municipios, con sus propios recursos en unas ocasiones, y con asistencia externa en otras, están censando oficialmente cuáles viviendas pueden...

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