Tropiezo similar en Massachusetts

Por Gerardo E. Alvarado León

galvarado@elnuevodia.com

El contrato disponía, entre otras cosas, que la comunidad llevaría sus desperdicios sólidos a la incineradora o, de lo contrario, serían multados.

La planta, con capacidad para procesar 1,500 toneladas de basura al día, también generaría electricidad.

Tras siete años de operación, la cantidad de desperdicios se redujo por la recesión económica de la década y los programas de reciclaje emergentes.

Según se recoge en el texto Environmental Science, Systems and Solutions, la comunidad se vio forzada a pagar hasta $ 300,000 al año a la empresa como penalidad.

Lo anterior ejemplifica que si bien es cierto que las plantas de conversión de desperdicios sólidos energía ("waste to energy") necesitan mucha basura para operar, también lo es que las buenas prácticas de reducir, reusar y reciclar amenazan su operación.

A fin de que en Puerto Rico no se repita esta historia con las incineradoras...

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