Sin el tumbao de una reina

Por Damaris Hernández Mercado

dhernandez1@elnuevodia.com

Sin duda alguna la cubana Celia Cruz era una reina. Su porte, su gracia al caminar, ese donaire femenino y auténtico cargado de atuendos llamativos; y su capacidad para adaptarse a las corrientes musicales que se confabulaban entre hombres en los clubs neoyorquinos en la década de 1960, la destacan como una de las grandes figuras más prominentes de la música caribeña.

Un trono que hasta el momento ha sido insustituible por las figuras femeninas que le suceden.

El productor musical y trompetista Luis "Perico" Ortiz, quien trabajó un sinnúmero de proyectos musicales con la guarachera, coincidió con esta aseveración.

"Como Celia no hay nadie. Sí hay muchos talentos de otras féminas que se destacan dentro de lo que es lo tropical. Celia tenía un sentido rítmico y de sabor muy de ella. Era muy profesional sumado a que su excelencia sobresalía a la hora de trabajar con ella. Además, que su calidad humana era especial y el público lo percibía. Celia nunca se creyó artista. En Panamá los ensayos eran abiertos al público y la gente iba y compartía con ella", sostuvo el músico que por 10 años compartió con ella en las Estrellas de Fania.

Entre la múltiples anécdotas que posee sobre la reina salsera recuerda que la vocalista era una mujer extremadamente detallista.

"Mi hija nació un 31 de diciembre y todos los años Celia le enviaba una tarjeta de cumpleaños, firmada por ella. Igual cuando empezaba cada año siempre llamaba a los músicos para desearles cosas bonitas para el año. Ella y su esposo eran muy especiales y muy humanos", narró el también arreglista musical.

Celia de la Caridad Cruz Alfonso (nombre de pila) murió a los 78 años, el 16 de julio de 2003, en su residencia en Fort Lee en Nueva Jersey, víctima de un tumor en la cabeza. Su último suspiro lo emitió al lado de su amado esposo, el trompetista Pedro Knight, y su familia inmediata.

Su sepelio de más de una semana fue memorable, ya que se estimó una asistencia de más de 150 mil personas.

Además del pueblo latino, que se desbordó en atenciones para despedirse de la reina que fue trasladada en Nueva York desde la Catedral de St. Patrick y toda la Quinta Avenida, sus colegas Willie Colón, Rubén Blades, Tito Nieves, Paquito D'Rivera, La India y Jon Secada, por mencionar algunos, le rindieron tributo en su sepelio.

Luego, el cuerpo de la vocalista fue trasladado de Nueva York a Miami. La "Ciudad del Sol", con una alta población de cubanos...

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