Último adiós en La Fortaleza

El exgobernador Carlos Romero Barceló fue despedido ayer con honores, en un funeral de Estado, en el patio interior de La Fortaleza, que reunió a su familia, allegados y a la jerarquía mayor del gobierno de Puerto Rico.Rindieron guardias de honor al fenecido exmandatario el gobernador Pedro Pierlusi; la jueza presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz; los jueces asociados del máximo foro judicial; el presidente del Senado, José Luis Dalmau; y el vicepresidente de la Cámara de Representantes, José "Conny" Varela, así como los exgobernadores Luis Fortuño, Alejandro García Padilla y Wanda Vázquez Garced."La memoria de mi papá quedó sembrada en los anales de la historia, y seguiremos su lucha para lograr la estadidad y la igualdad de todos los puertorriqueños", expresó Melinda Romero Donelly, hija menor del exgobernador.Al culminar el acto protocolar, la exsenadora recordó los últimos deseos de su padre, quien falleció el domingo, a los 88 años de edad, por una complicación pulmonar. "A mí, me tienen que velar en Fortaleza", dijo Romero Donelly que fueron las palabras de su progenitor en sus días finales.Romero Barceló, quien fue gobernador por dos términos (1976-1984), alcalde de San Juan, comisionado residente y senador se convirtió en el primer mandatario de Puerto Rico al que se le hace un funeral de Estado en el palacio de gobierno. Ante el deceso, el gobernador Pierluisi decretó 30 días de duelo.Romero Donelly, quien habló a nombre de su familia, recordó sus años de infancia y adolescencia en el Palacio de Santa Catalina, junto a su padre, la ex primera dama Kate Donelly y sus hermanos. "Fueron muchos los buenos momentos que vivimos aquí, pero fueron más los que mi papá tuvo para servir a su pueblo", sostuvo Romero Donelly, quien improvisó sus palabras."Las promesas que hacía se tenían que cumplir. Él decía que había mucha hipocresía en la política. Esas son las cosas que mi papá nos enseñó de que, cuando uno empeña la palabra, la tiene que cumplir y, si viene al servicio público, es a servir, no a servirse", relató Romero Donelly, quien además recordó la tenacidad que caracterizaba al político de verbo fogoso."No es que no supiera perder, es que simplemente no perdía", aseveró la exlegisladora.Pierlusi, quien despidió el duelo, destacó que, en su lucha por la estadidad, Romero Barceló "era un guerrero"."No le dejaba pasar una a sus adversarios. En la política, hay cierta hipocresía, pero no con don Carlos. Su firmeza apasionada era...

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