El último del quinteto

VÍCTOR RIVERA HERNÁNDEZ

EXSECRETARIO DEL TRABAJO

Pianistas, violinistas, violistas, chelistas, maestros, solistas, concertinos, principales de orquesta, rectores del Conservatorio de Música, directores de la Escuela Libre de Música, fundadores y miembros del Quinteto, de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, del Festival Casals y de la Orquesta Arturo Somohano, fueron cada uno de los Figueroa componentes medulares de nuestra más honrosa rúbrica musical. Con la muerte de Rafael, se cierra un ciclo glorioso de nuestro pentagrama y de una época que hoy parece ser extraña y foránea en un Puerto Rico de matices, bemoles y sostenidos contradictorios.

Conocí a Rafael cuando apenas era un niño y comencé mis estudios en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Su hermana Carmelina fue mi maestra de teoría y solfeo y sus hermanos Kachiro y Guillermo fueron mis maestros de violín. Rafael me saludaba todas las tardes que iba a buscar a su hermano Guillermo para dirigirse a los ensayos de la Orquesta Sinfónica. Rafael era un amante del boxeo y me decía que yo me parecía a un boxeador de su época de nombre Sabatino.

Desde aquel tiempo, me di cuenta que aquella sonrisa amplia, sincera y campechana de Rafael, era la muestra más auténtica de una timidez, una generosidad y una humildad muy particular en todos los miembros de su familia.

Quien no conocía a Rafael, no imaginaba tanto talento, tanta disciplina, tanta virtud, tanto compromiso y tanto sacrificio de él, de sus hermanas, de sus hermanos y de sus padres para llegar siempre más lejos. Tampoco podría imaginarse, la férrea preparación musical, pedagógica y cultural bajo la estricta batuta de sus padres, en anticipo a su preparación formal como violonchelista en la...

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