Universitarios revisan su futuro

Hubo un quiebre. Con el oscuro tinte de la devastación, el huracán María produjo un rompimiento en la agitada rutina de la isla -una pausa forzosa que, para algunos, desembocó en un ejercicio de repensar el futuro-.

Ese renglón abarca a estudiantes universitarios. Con la apertura el pasado 9 de octubre del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), una a una fueron abriendo las instituciones de educación superior con la intención de no perder el semestre, y hoy, reinician los recintos de Río Piedras, Mayagüez, Humacao, Aguadilla, Utuado, Bayamón y Ponce de la UPR, al igual que la Universidad Politécnica.

El regreso está falto de normalidad. Quedan salones sin luz, bibliotecas cerradas y laboratorios sin habilitar, problemas con los hospedajes y con la transportación, y clases reacomodadas lejos de sus edificios, ahora ahogados por el hongo y la humedad.

Durante un recorrido por unidades abiertas tanto del sistema público -el Recinto de Ciencias Médicas (RCM)- como del sistema privado -la Universidad Metropolitana (UMET) del Sistema Universitario Ana G. Méndez, y el Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana (Inter Metro), los cuales reiniciaron el pasado 16 de octubre-, varios estudiantes universitarios reconocieron haber dedicado parte del tiempo borrascoso a revisar su horizonte. Con el ejercicio, germinaba una pregunta común.

¿Me quedo o me voy?

Sentada en una mesa alta dentro del vestíbulo apagado de la Inter Metro, rodeada de rostros abatidos y ojerosos, estaba Heidy Zayas.

Hasta el 20 de septiembre pasado, antes del paso del huracán, la estudiante de ciencias biomédicas y candidata a graduación nunca se había planteado salir de Puerto Rico. Se contemplaba terminando sus estudios y trabajando en la industria farmacéutica. “A mí me gusta Puerto Rico, me gusta vivir aquí”, subrayó la joven de 21 años.

Pero la residente de Barranquitas, que todos los días guía su automóvil hasta el recinto en Cupey, que perdió su empleo como mesera, que ha incrementado sus gastos en gasolina, en desayuno, en almuerzo, ha mudado sus expectativas a Virginia.

“Desde que yo salgo de mi casa, es una misión. Hay carreteras cerradas, hay tapones, cuando viro de noche, no se ve nada, hay deslizamientos a los lados de las carreteras... Ahí es cuando me dan ganas de irme, de verdad”, dijo.

A unos pasos de distancia, Pedro Mayol -estudiante de tercer año de contabilidad- coincidió con Zayas; no había contemplado marcharse. “La...

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