Lo urgente y lo importante

WALESKA RIVERA

PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE INDUSTRIALES

Fue un momento para detenernos a pensar, ¿qué hicimos, qué nos faltó por hacer y qué queremos hacer en el año venidero? Siempre terminamos atrapados haciendo el inventario de lo bueno y lo malo del pasado año o de caer en hacer las resoluciones típicas, como bajar de peso, cumplir con la rutina de ejercicios o ir más a la iglesia. Pero este año, ¿por qué no lo hacemos de forma diferente? En medio de la algarabía de las fiestas y las resoluciones, ¿por qué no hacer una resolución de pensar en los demás?

No es posible echar al olvido las pérdidas propias o ajenas, y tampoco podemos ignorar las experiencias que nos colocaron en situaciones vulnerables y que nos hicieron percatarnos de lo afortunados que somos. Con la prisa y la faena, no pensamos en la importancia de las alegrías, que en la mayoría de los casos nacen de las cosas más sencillas, más básicas.

Tampoco pensamos en las tristezas ni en las enseñanzas que traen. Cuando la vida nos sonríe, no pensamos en las carencias, en la muerte, en las tragedias, y mucho menos en aquéllos que, en el mayor de los dolores, tiene que enterrar a un hijo, a una madre o a un padre.

Lamentablemente, vivimos en un mundo en donde el dolor se ha convertido en una estadística. Sin embargo, detrás de cada cifra hay madres, padres, hermanos y amigos. En mi reflexión de un nuevo año, no puedo evitar pensar en la importancia de la solidaridad, en lo relevante de apreciar las alegrías y en lo vital que es ser agradecido. Esto es más importante. Este año, en lugar de preocuparnos por las estadísticas, debemos reflexionar sobre la importancia de hablar de los sentimientos y...

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