USO, PARCHES Y MEMORIA

Por Carmen Graciela Díaz.Especial El Nuevo Día

FOTOS JOSE MADERA

Es grande, mide 27' x 27' x 6', y su altura entusiasma, aunque va menguando por el uso.

Una obra que tiene pinta de nubes y que se mueve para crear comunidad e interacciones, suelta el artista y curador mexicano Eder Castillo como el desafío que lanza con la concepción y los recorridos de la escultura inflable, de plástico, que desde el nombre sabe a juego, el GuggenSITO.

Nació para viajar. Queda a disposición pública porque basta que alguien le solicite la pieza a Eder y ella llega, libre de costo, para darle un vuelco a la rutina de la comunidad y cambiar por un rato el paisaje urbano.

"Cada vez que me lo regresan obviamente regresa hecho, mierda porque les permito que lo rayen, que se suban con zapatos, que lo usen con libertad absoluta. Siempre regresa con huellas de uso", explica al mirar con gracia el ánimo de verbena que se desata alrededor del artefacto que patrocinó el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México y que, en Puerto Rico, presenta Trailer Park Proyects.

Tiene parches por cuanta esquina y sus retornos de cada actividad equivalen a remiendos que no le molestan a quien se identifica como un hacedor autodidacta. Aquí lo que se vale es el uso.

"Súbete güey. Así, así. ¡Súbete!", le dice Eder resonante, en competencia con el compresor de aire que le da vida al GuggenSITO, a un chico mientras conversábamos sobre su piso inestable que causó garabatos en lugar de notas en mi libreta.

Según Eder, el proyecto nace tras el anuncio en 2007 de que la Fundación Guggenheim construiría un museo en Guadalajara, México.

"A partir de esa noticia me interesó mucho la pregunta de por qué un país como México, teniendo tanta desigualdad, pobreza, de 130 millones de habitantes, va a invertir en infraestructura cultural cuando la gente no va a los museos. Es decir, la cultura no es parte de la canasta básica", señala de aquella iniciativa que luego se canceló para, entre otras razones, enfocarse en la edificación del museo en los Emiratos Árabes.

Otra pregunta le surgió al creador en vista a eso: ¿por qué México "no se merece" un Guggenheim?

"El Guggenheim de Bilbao, que es uno de los museos más enigmáticos porque es una escultura monumental, se vuelve una marca en el paisaje. El público va y aunque no tiene el dinero para entrar por lo menos se toman la fotografía afuera. Dije bueno pues, si México no va a tener un museo (Guggenheim), ¿por qué no hacerlo? Y entonces hice...

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