Lo que vale una silla en la Junta del PPD

Por Benjamín Torres Gotay

btorres@elnuevodia.com

Todo el mundo sabe que el PPD no está ahora, ni ha estado en el pasado reciente, en riesgo de ser "secuestrado" por los llamados soberanistas, como plantean los que inyectaron el carácter supuestamente ideológico en esta disputa y trajeron a la atención del país una contienda casi siempre insulsa y que normalmente solo interesa a los más oscuros comisarios partidistas.

La historia reciente y menos reciente ha demostrado a la saciedad que los llamados soberanistas del PPD lo son solo de nombre porque nunca han hecho nada que realmente obligue al partido a sacudirse del marasmo colonial. Hablan y hablan, pero a la hora de la verdad, como es el caso ahora con Alejandro García Padilla, se alinean con cualquiera que esté arriba, independientemente de cuán lejos esté de su ideal soberanista.

Después de Roberto Sánchez Vilella, todos los que han dirigido el PPD, sin excepción, han sido partidarios de que el Estado Libre Asociado (ELA) se quede justo como está, porque, aunque ocasionalmente han dicho que quieren "desarrollarlo", ninguno de los cambios propuestos van a la médula del problema colonial: que la última palabra aquí siempre la tiene Washington.

Ahí siempre han estado con ellos los llamados soberanistas. Ellos dicen que quieren dar la lucha desde adentro, y ocasionalmente han representado bien ese papel. Pero, miremos la historia, y veremos que no han logrado nada, pues nunca el PPD, a pesar de una resolución aquí y otra allá a través de los años, ha asumido como institución una posición decididamente anticolonialista.

Lo que ha habido es el ejercicio de deshonestidad intelectual más flagrante que ha conocido la historia política de este país, pues por años los principales líderes del PPD se han dedicado a la poesía para, con una capacidad creativa que deja pequeños a varios Nobel de literatura, inventar toda suerte de maromas retóricas para intentar ocultar la cruda verdad que ni a sí mismos pueden negarse: que el status colonial de la Isla no se resolvió en el 1952.

Los llamados soberanistas se han sumado a la pantomima metiéndose en las mismas papeletas de los que niegan todo por lo cual ellos dicen luchar. La mejor prueba es que desde Sánchez Vilella, hace ya 43 larguísimos años, no ha habido un solo líder importante del PPD que, frustrado con la capacidad institucional de su partido para enfrentar la vida como es, haya abandonado la colectividad para vivir como un verdadero...

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