Más vale tarde que nunca

Por Romeo Mareo

Yo iba y regresaba todos los días de Río Piedras en las guaguas de la AMA, y fue en esos viajes que me topé con bastante frecuencia con una muchacha alta, de pelo oscuro, que vestía el inconfundible uniforme de estudiante de escuela superior de una academia privada.

Como resultó que ambos vivíamos por la misma área de Santurce y nos bajábamos en la misma parada, a menudo nos tocó caminar juntos varias cuadras y fue así como me enteré de su nombre.

De pronto dejé de verla. En par de ocasiones pregunté por ella cuando por casualidad me topé en la guagua con otras muchachas que lucían su mismo uniforme, pero ninguna me supo dar información acerca de su paradero.

Pasaron algunos meses. Una noche, en un baile, allí estaba ella. Cuando fui a saludarla, sin embargo, me trató con frialdad y hasta pareció tener problemas para acordarse de mí, por lo que no insistí en el asunto.

Eso sí, había una banda de 'rock' tocando en el baile y, más tarde esa noche, me di cuenta de que ella era la novia del peludo guitarrista y cantante que sin duda alguna era la estrella de la agrupación.

Volví a escuchar la banda en distintas actividades durante las próximas semanas e incluso hubo un tiempo en que empezó a tocar todos los fines de semana en el viejo Shannan's de la calle Loíza, donde yo iba con bastante frecuencia.

Y Magaly siempre estaba allí. Lo curioso, sin embargo, es que ella fue cambiando de pareja, aunque los integrantes de la banda seguían siendo los mismos: una vez la vi conversando acarameladamente con el bajista; par de semanas después, parecía ser el baterista el que provocaba que su corazón hiciera 'tom-tom-tom'. Hasta llegué a considerar la posibilidad de ofrecer al grupo mis servicios como virtuoso del güiro, por si las moscas, pero no llegué a hacerlo.

Después volvió a desaparecer. No sé cuántos años habrán pasado, pero en determinado momento se volvió una figura de la farándula, gracias a que empezó a aparecer dando el informe del tiempo en la televisión. En algún momento leí en una revista farandulera un artículo -de seguro hojeado en la sala de espera de algún consultorio médico o del dentista-...

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