'A veces, no tenemos ni un plato'

Sentada en una esquina mirando su celular, una mujer esperaba ayer que dieran las 12:30 p.m. y abriera el Comedor de la Kennedy, que hace dos años ubica en el antiguo Museo de Vida Silvestre, en San Juan."Ya me llegó la luz, pero se dañó la nevera y no tengo gas ni dónde cocinar", dijo la artesana que no quiso identificarse.Era la primera vez que acudía a recibir ayuda de esta entidad sin fines de lucro, que desde 2009 reparte alimentos a personas necesitadas."Vine porque perdí toda mi compra. Estuve más de cinco días sin luz. Lo que dan de ayuda (gubernamental) no es mucho y las cosas han subido de precio", indicó, por su parte, Joyce García, de 23 años.Jenny Vélez, de Trujillo Alto, también indicó estar necesitada de alimentos. "Lo que uno recibe (de Seguro Social) no da. Estoy incapacitada y los alimentos se me dañaron cuando se fue la luz por el huracán (Fiona)", expresó."A casa llegó la luz, pero como un árbol de Navidad, se va y viene. Se dañó toda la comida y la nevera estaba fuletiá (llena) porque acababa de recibir los cupones (Programa de Asistencia Nutricional). Sin esto (ayuda del Comedor), no podría subsistir, porque los cupones no dan", declaró Alicia Rodríguez, de 69 años.Mientras, Loyda Pérez viajó desde Manatí, como acostumbra hacer semanalmente, para recibir alimentos. "A veces, no tenemos ni un plato (de comida) en casa. Gracias a ellos, que se esfuerzan por ayudar al pobre y al necesitado", resaltó.La emergencia provocada por el huracán Fiona fue "la gota que colmó la copa", aseguró el chef Iván Clemente, creador del Comedor de la Kennedy, con relación al aumento que ha notado de personas en necesidad de asistencia alimentaria."Veníamos de (el huracán) María y la pandemia (COVID-19), además del aumento de la luz, el agua, la leche… Bueno, todo ha subido y la gente está frustrada", deploró, tras afirmar que, en sus 45 años de labor social y benéfica, no había notado tanta necesidad."Hay como un desespero en la gente, una desesperanza, como que ya no aguantan más", lamentó visiblemente emocionado, al reiterar que Puerto Rico ya atravesaba una crisis antes de Fiona.Además de la clase media, advirtió que los más vulnerables son los adultos mayores y los niños, por los cuales comenzó esta obra social, que semanalmente da alimentos a 2,000 niños y 3,500 viejos."Nosotros repartimos 4 millones de libras (de comida) al mes. Y este mes nos certificaron como ‘community HUB’ y ‘macropods’. De aquí, se...

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