Velada inolvidable entre leyendas

El expelotero Bernie Williams no tiene dudas de lo significativo que puede ser el béisbol para la sociedad. Al menos no después del 2001.

El otrora jardinero central de los Yankees de Nueva York vivió una experiencia única en esa temporada, a solo semanas del ataque a las Torres Gemelas en el World Trade Center de Nueva York.

Para Williams, vivir esos días en Nueva York y las lecciones aprendidas tienen más valor que sus cuatro anillos de campeón de la Serie Mundial con los Yankees, que sus cuatro Guantes de Oro, que su Bate de Plata y su título de bateo de la Liga Americana.

Esa fue sola una de las revelaciones y experiencias relatadas por Williams, Carlos Delgado, Jorge Posada y el miembro del Salón de la Fama, Iván “Pudge” Rodríguez, quienes se juntaron la noche del jueves en el teatro Emilio S. Belaval de la Universidad del Sagrado Corazón como parte del conversatorio “Leyendas Boricuas del Diamante”.

La iniciativa de El Nuevo Día nació con el fin de reconocer las carreras de estas grandes figuras del béisbol puertorriqueño y agradecer el respaldo de suscriptores de este medio, que fueron los invitados especiales de una velada exclusiva.

El conversatorio fue la manera de cerrar con broche de oro el proyecto de la serie del mismo nombre que publicó por varias meses en 2017 en las páginas de este diario, reconociendo a los 12 boricuas más destacados en la historia de Puerto Rico en el béisbol de Grandes Ligas.

El relato de Williams en relación al ataque ocurrido en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 fue uno de los más impactantes de la memorable velada, un recuerdo que dejó a muchos al borde de las lágrimas.

“En el 2001 fue el 9-11 y, por lo menos yo, en mi carácter personal, sufrí una crisis existencial porque la cuestión pasó en Nueva York. Estábamos jugando, y de momento el mundo se paró. Como que empecé a buscar el significado para mi vida de lo que yo hacía”, recordó Williams, natural de Vega Alta.

“¿Qué era lo que hacíamos? ¿Jugar?”, se cuestionó Williams en ese entonces. “Como que yo lo veía tan insignificante (el béisbol) en el contexto de lo que estaba pasando. Y yo decía, cuando íbamos a empezar a jugar (tras el receso forzoso de semanas por el ataque), ‘¿Por qué vamos a empezar a jugar? Esto es béisbol. Y con tantas cosas que están pasando en el mundo’. Como que no le encontraba el significado”.

La percepción del exjugador cambió al recibir la oportunidad de visitar, junto a compañeros de los Yankees, varios lugares donde...

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