Vete

Ileán Pérez Cruz

Entonces carga al gesto de despedirse con humildad, agradecimiento, emoción, oportunidad. Al poder dominar con vida otra geografía. De sobrevivir. Sobrevolar con acrobacia antigravitacional: montar un avión. Una y otra vez. Tocar tierra y regresar. Sentir la emoción de vivir para contar. Y escuchar.

Los que salen, se van, se fueron y volverán le añaden, el ritual, los momentos que culminaron en ese adiós. Para poner en un "hold" incierto, junto algún "rain-check" abierto, una serie de lugares comunes que nunca serán. Al no estar. Volver a una plaza que no existe y un "mall" que se irguió. Una abuela que se fue y una hermana que parió. La indeleble marca que se le imprime al tiempo en el mapamundi social que se tejió sin ti. Que no te extraña.

Ir y venir es ser ave fénix. Morir para renacer, jugar con el tiempo. Las emociones, las arrugas y la muerte. Hacer de las cenizas una pieza que canjearle al tiempo. Ceniza fértil...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR