Viaje al corazón del País Vasco

Néstor E. Rodríguez

En la ribera de Pasaia se levantan las pintorescas comarcas de San Juan y San Pedro. Estos dos pueblos a la entrada de la bahía ofrecen al visitante la experiencia de una insólita cercanía a la cultura vasca.

Lejos del ajetreo de la aledaña San Sebastián con sus miles de turistas, San Pedro y San Juan ostentan como su bien más preciado la atmósfera apacible y tradicional de los pueblos pequeños. La mejor manera de llegar a Pasaia es abordando la guagua que sale desde el centro de San Sebastián en dirección a San Pedro.

El recorrido dura alrededor de quince minutos. Al llegar a la entrada de San Pedro lo ideal es perderse entre las diminutas callejas que atraviesan el pueblo y disfrutar primeramente de su peculiar arquitectura, a medio camino entre la pompa y la ruina.

Todas las calles de San Pedro desembocan en la dilatada vía que bordea el puerto de Pasaia y termina en un imponente farallón. Desde allí se divisa el pueblo de San Juan, villa que restriega orgullosa su nombradía ante la vecina pobre de enfrente.

Es una experiencia impresionante cruzar en bote los trescientos metros de agua que separan las dos comarcas y caminar por los cuidados senderos que van de San Juan hacia los acantilados que marcan el acceso a la...

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