Una vida más allá del dolor y sufrimiento

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Mayra se lanzó al suelo. Reaccionaba por su temor, por su desespero. Los tiros fueron cerca, demasiado cerca. Aún así, salió corriendo a los cuartos de la casa. Quería asegurarse que sus dos hijos estuvieran bien. Luego pensó en su marido. Él acababa de salir de la casa. Gritó su nombre. Nadie contestó.

Cuando se asomó para ver lo que pasaba afuera unos sujetos escapaban en un vehículo. En ese momento fue que vio a Javier tirado en el suelo. Estaba muerto.

"Hoy día puedo hablar de esto más tranquila. Años atrás no podría hablar del tema", relató la mujer, de 52 años, mientras llorosa recordaba el trágico momento ocurrido en la calle Los Progresos de Toa Baja hace más de 16 años.

El esposo de Márquez, según explicó, al parecer llevaba una doble vida. En la casa era casi el esposo y padre ideal. Era buen proveedor, cariñoso, atento y le encantaba compartir en familia. Sabía que había tenido su pasado. Había sido sentenciado a varios años de cárcel por robo antes de que se conocieran. Pero eso era algo del pasado. Siempre pensó que aquel hombre se había rehabilitado.

Pero en la calle, entre sus amistades, aparentemente él mantenía relaciones con personas asociadas al narcotráfico. Márquez nunca supo qué tipo de relaciones. Lo concreto para ella es que meses antes del asesinato de su esposo, su vivienda fue allanada por las autoridades. La Policía aparentemente buscaba evidencia que relacionara a Javier con un asesinato ocurrido en Caguas.

Ese fue otro momento que marcó su vida. Las autoridades, como parte de la intervención, también la detuvieron durante el allanamiento sólo porque estaba dentro de la casa que intervenían. En ese momento, hasta la amenazaron a quitarle a sus hijos, que entonces tenían 6 y 1 año.

El asesinato cambió las cosas para siempre en su familia. Ahora era viuda y sus hijos eran huérfanos de padre.

Sólo tuvo un alivio en ese momento. A la ella le llegó un mensaje "de la calle" en el que le decían que ahí acababa todo, que no le harían daño a ella o a sus hijos...

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