La vida desde el balcón

Por Iliana Fuentes Lugo

iliana.fuentes@elnuevodia.com

En una de esas casas de portones y rejas, pasaban ayer la tarde Isabel Nieves y Germán Fernández. Era la 1:00 y algunos de sus 12 nietos ya estaban en la casa buscando las habichuelas de la abuela. Germán hablaba con un cuñado parlanchín que andaba en la posdata de la conversación.

"Ese es mi cuñado. Estaba por irse, pero habla demasiado y bien duro", dijo Germán entre la queja y la broma.

Al despedir al cuñado, Cholo, como le dicen en el barrio, abrió el pequeño portón del patio y, sin pensarlo dos veces, comenzó a contar trazos de la historia de su vida.

Trabajaba en los Molinos de Puerto Rico, haciendo harina de trigo y de maíz. Ahora los mira desde su balcón como si los 22 años que trabajó allí pertenecieran a otra vida. Tuvo que pensionarse a los 37 años por un accidente que le dejó sordo de un oído, una fractura en la espalda y la pérdida del olfato y el gusto.

Isabel, que lleva 40 años casada con Germán, con quien tiene cuatro hijos, lo recuerda claramente: "Fue un tiempo difícil. Ya gracias a Dios está mejor, pero en aquel tiempo los nenes estaban chiquitos. (Él) me encerraba... restrellaba las comidas porque decía que no las sazonaba y era que había perdido el gusto y el olfato".

"Eso fue esa etapa después del accidente, pero después de ahí todo ha ido bien", dijo Isabel al sentarse en el balcón después de dar instrucciones a los nietos y ordenar algunas cosas en la sala.

Todo inició en esa misma calle. Isabel estudiaba con la hermana de Germán y pasaba todas las tardes por su casa, al lado de donde viven hoy día. Ella cuenta que él le pitaba cuando la veía en la calle, pero asegura que no le hacía caso. Un tiempo después, Isabel comenzó a visitar la casa y empezaron a conocerse.

Solo se fueron de la urbanización por un corto tiempo cuando su hija mayor comenzó a sufrir episodios de asma y pulmonía. Les dijeron que la contaminación de los muelles y de las fábricas cercanas era perjudicial para la niña.

"Yo me mudé a casa de su hermana, pero yo vi que la nena estaba peor allí, así que no era la contaminación nada, y regresamos", contó Isabel al...

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