Una vida dedicada a Vieques

VIEQUES.- Tenía solo cinco años, pero Carmen Valencia recuerda con suma precisión que cada tarde, cuando el sol amenazaba con esconderse, su madre se encerraba con ella y sus hermanos en la humilde residencia que compartían en el barrio Destino de esta isla municipio.La vivienda, recordó, estaba ubicada dentro de los terrenos de la Marina de Guerra de Estados Unidos. Eran cerca de las 5:00 p.m. cuando los marinos se "fugaban" y les hacían vivir "días de terror"."Cuando los marinos se fugaban, mi mamá se preparaba con un machete amolao hasta el cabo. Yo no entendía qué era lo que pasaba, yo no entendía qué era lo que buscaban los marinos… pero en mi casa había que encerrarse, porque ellos trataban de entrar a las casas. Una casa donde todavía para esos años no había electricidad, nos alumbrábamos con quinqué. Vivíamos con miedo todo el tiempo", compartió."Vivíamos unos días de terror cuando empezaban las maniobras", recordó.Los marinos, agregó, salían en busca de mujeres. "Mi mamá le pagaba a un hombre para que amolara aquel machete. Mi papá no estaba y los muchachos eran jovencitos. En Vieques, se declaró una ola de prostitución, de arremolcadores, unos individuos que buscaban las mujeres y estos individuos (los militares) las buscaban a la orilla de la base y nosotros vivíamos ahí, como quien dice, dentro de la base", rememoró la mujer de 75 años.¿Usted recuerda todo eso?—Ojalá y se me olvidara porque no es fácil. Por eso, cuando aquí empezó la lucha (para sacar a la Marina) yo dije: "Me meto, porque lo que mi mamá pasó no se me puede olvidar".Y, así, sin siquiera imaginárselo, fue como desde los cinco años, el dolor, las injusticias y las mentiras fueron formando a Carmen, una mujer que hace casi dos décadas asumió -junto a otros tantos viequenses- la defensa de la Isla Nena, que tuvo uno de sus momentos más trascendentales cuando lograron la salida de la Marina, lucha que le regaló alegrías, pero también dolor.Fue la muerte del guardia privado civil David Sanes Rodríguez, de 35 años, aquel 19 de abril de 1999, lo que desembocó en una lucha civil sin precedentes en la isla que concluyó, cuatro años más tarde, con la salida de la Marina.Carmen, una mujer alegre y fuerte, creció en el barrio Destino, de donde salió a los 16 años -como tantos otros puertorriqueños- a la ciudad de Nueva York, donde su papá se había ido a vivir unos años antes, cuando la industria de la caña desapareció y con ella, el único ingreso de la mayoría de las...

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