Una vida en equilibrio

Por Ivis Negrón Pérez

ivis.negron@gfrmedia.com

"Juego con la vida", afirma con tranquilidad. En ese juego, a él le toca mantener el balance, el equilibro, el control. Son palabras que cobran un sentido distinto con su condición, porque para que su cuerpo le permita cumplir con lo mucho o poco que tiene en su agenda, requiere de ocho dosis de medicamentos al día y de que las dos baterías que tiene instaladas en el pecho funcionen a capacidad.

El Parkinson es un desorden neurológico degenerativo, usualmente diagnosticado en personas mayores de 60 años. El caso de Juan Carlos es de los pocos conocidos como párkinson juvenil, el mismo que se le diagnosticó al popular actor estadounidense Michael J. Fox, su ídolo de niño, su modelo a seguir en la adultez.

Un simple saludo no basta para percibir en él la complejidad de su condición, a menos que esté acompañado de su sillón eléctrico o el andador. Hasta hace unos años, prefería caerse, antes de usarlos. Aunque el deterioro ha sido más lento en Juan Carlos, el tiempo transcurre y, con él, los síntomas de la enfermedad son más evidentes. Las rodillas le fallan más, la lengua se traba, los temblores aparecen con frecuencia, el sueño es intermitente. Lejos de lamentarse, este artista gráfico dice que se siente fortalecido.

"Aquí no hay cura. Esto es una cuestión de recuperar calidad de vida. Estoy tratando de disfrutar cada día, porque yo sé que las limitaciones vienen", añade.

Su rostro es reconocido en Ponce y en muchos otros lugares porque en el 2007 él y su familia movieron cielo y tierra para recaudar los fondos que contribuyeron a la operación que mejoró su calidad de vida. La instalación de un aparato de estimulación cerebral profunda...

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