Su vida en un guiOn

Por Patricia Vargas CASIANO

pvargas@elnuevodia.com

Pero a medida que avanzaba, la historia dejó de ser completamente suya y cobró vida propia para convertirse en "Abel", su primer largometraje como director, que le ha ganado reconocimientos en festivales internacionales y que ya se exhibe en los cines Fine Arts en la Isla.

"Ha sido una película que revolucionó mi vida y la marcó en muchos sentidos. A raíz de este trabajo empecé a involucrarme en la edición, que me tomó tres años en dejarla lista. Es lo más personal que haya hecho en mi vida, ya que después de interpretar los personajes que otros escribían me tocó a mi contar", reveló el actor en entrevista exclusiva con El Nuevo Día.

La película, explicó Luna, es una reflexión de lo que es él hoy día.

"Se trata de un niño que de repente tuvo que ponerse en los zapatos de su papá y decide ser adulto y lo lleva hasta las últimas consecuencias. A unos más que a otros nos pasa, aceleramos el tiempo de madurar y ya no hay más tiempo para ser niño en un hogar donde falta la figura paterna, en mi caso la materna. Sé lo que es tener papá y eso me dio margen para ser más sarcástico en el filme", comentó.

¿Le dedicas la película a tu madre?

Más que hacerle un homenaje a mi mamá es a mi papá (el escenógrafo Alejandro Luna) porque supo ser padre y madre. A muchos les toca ser fracturados por la responsabilidad y a nosotros nos tocó vivir así.

¿Tu papá no te puso madrastra?

Muchas, que hasta la fecha reclaman la posición. En su momento no duraron porque seguramente era una tarea difícil para ellas intentar ser madres porque hay una parte irreemplazable en eso. La responsabilidad de ser padres es muy grande y nos metemos en ese viaje sin estar seguros de lo que significa. Cada decisión que toman los padres trae una repercusión en la vida de sus hijos.

¿Tienes hermanos?

Una mayor, pero nunca vivimos juntos, nos criamos como hijos únicos.

¿Cómo das con el protagonista de "Abel", Christopher Ruiz Esparza (de ocho años)?

Me tardé seis meses en encontrarlo en Aguas Calientes, México. Realizamos mucho trabajo de taller con él y su hermano porque nunca habían actuado. El peor error cuando trabajas con niños es tratarlos como adultos. Christopher no conocía el guion, tenía una idea de lo que iba a hacer, pero todo fue como un juego del que él era la parte más importante y nosotros, a sus espaldas, íbamos tramando todo. Él nunca supo quién es realmente el personaje que se presenta como el tío hasta que se grabó...

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