Vida en prisión para el asesino de voleibolistas

Por Cynthia López Cabán

cynthia.lopez@gfrmedia.com

En el segundo banco de la sala 602, Gladys Rodríguez, madre de Walter Andrés, sollozaba, mientras que Olga Alsina, madre de Wilfredo, contenía su llanto.

Leyendo un papel, el juez Canabal Pérez sentenció a Cadmiel Villaronga a 118 años y ocho meses de cárcel por los dos cargos de asesinato y a 124 años de cárcel por las seis violaciones a la Ley de Armas. Las penas se cumplirán de forma consecutiva.

Previamente, los abogados de la defensa, Alfredo Umpierre Soler e Irving Prado Galarza, y el Ministerio Público, representado por los fiscales Jan Mangual Mangual y Marie Christine Amy, se habían acercado al estrado para discutir un asunto relacionado a renunciar al informe presentencia.

La fiscal Amy resaltó que bajo la vigencia del Código Penal del 2004, cuando se cometieron los hechos, no se exigía un informe presentencia en los delitos de primer grado, pero que el nuevo Código Penal, vigente al momento de la sentencia, exigía que se presentara un informe presentencia de todos los casos graves.

Luego de un breve debate y un receso, los abogados, primero pidieron el informe presentencia, pero luego renunciaron al informe porque no se alterarían las penas aplicables en este caso.

Antes de que el juez Canabal Pérez dictara sentencia, una amiga de la familia de las víctimas ofreció unas palabras en corte abierta.

"No deseo que ninguna otra familia en Puerto Rico tenga que pasar por este dolor", afirmó Josephine Martínez ante un recinto repleto de público y de alguaciles.

"Hoy, todos perdemos. No ha ganado ni una sola persona. Uno pierde su libertad y otros, sus seres queridos. El pueblo de Puerto Rico pierde a dos excelentes atletas. Perdimos a un contable y a un ingeniero civil, y lo más triste es que estamos perdiendo nuestros valores", agregó.

En una emotiva alocución, Martínez también planteó que el final de este proceso judicial trae justicia a las familias de Walter y de Wilfredo.

"Para otra familia, hoy empieza un proceso de sanación de una vida que no va a ser la misma; una Navidad que no será la misma y un cumpleaños que no será igual. Pero hay que comenzar a sanar y hay que comenzar a perdonar", indicó.

Cadmiel Villaronga rechazó una oportunidad que se le dio para dirigirse a la familia de las víctimas, por lo que el juez procedió a sentenciarlo y a recordarle que ahora "una familia tendrá que aprender a vivir con un hueco en el corazón".

Después, el juez permitió que el convicto, que...

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