VIDA ENTRE TELAS
Por Liz Sandra Santiago
lsrivera@elnuevodia.com
Apenas acababa de cumplir 10 años cuando la pequeña Carlota conoció a su gran amor. No se trataba del cariño a una pareja o un familiar, sino de una gran pasión. En aquel momento Alfaro se enamoró de la costura, de lo que podía lograr con cada puntada, con cada terminación.
Sentada en su oficina, recuerda que desde que su tía le enseñó a coser en el verano antes de entrar a cuarto grado, siempre se ha puesto piezas de su autoría. "Mi tía Carlota Bou me enseñó a hacer mi uniforme cuando tenía 10 años. Llegué al colegio y las monjas me preguntaron quién me lo había hecho porque estaba entallado, bien confeccionado y planchado. Me llevaron por todos los salones a mostrarle a las otras niñas cómo se debía llevar el uniforme", recuerda.
Para cada actividad escolar, ella se confeccionaba un vestido y sus amigas le pedían que les hiciera uno igual. Por eso, en el año 1951, cuando se graduó del Colegio San Antonio, realizó los vestidos de 'senior prom' de todas las jóvenes de su clase.
Una vez se graduó de escuela superior, siguió aprendiendo de su tía hasta que montó un pequeño taller pequeño y siguió viendo cómo crecía su clientela y su familia, pues laborando allí nacieron sus dos hijos, quienes hoy la ayudan en su empresa.
"Esto es mi pasión y siempre he pensado que los diplomas son del cielo. Al darme cuenta de tanta revelación seguí mi camino. Cuando comencé no habían tantas revistas, yo tenía que dibujar todo. De manera que empecé siendo costurera y sin darme cuenta hacía el trabajo de diseñadora", comenta Alfaro, quien por siete años representó a Puerto Rico en Washington en desfiles al lado de Carolina Herrera y Oscar de la Renta.
Con el paso del tiempo, la Compañía de Fomento hizo una asociación de diseñadores de moda y ella fue parte de ese grupo. Era la época de Fernando Pena y Fernando París, dos colegas con los que Alfaro coincidía constantemente.
Hace 45 años, Alfaro inauguró su escuela de diseño, que por las últimas cuatro décadas ha estado ubicada en la Calle Loíza en Santurce. Desde allí, y en sus giras por la Isla, ha visto pasar a cerca de 20 mil estudiantes, algunos de ellos muy reconocidos en la actualidad.
"El gozo mío de esta celebración es saber que no he retenido esa revelación de lo alto, lo he compartido. Bendigo a mis estudiantes todos los días, nunca me han dado celos. Fui a cerca de 20 pueblos de la Isla a dar las clases. Hice unos libros con el paso a paso para que las...
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