Vidas de colorines

por luis r. trelles

Especial El Nuevo Día

Ser payaso implica pertenecer a una larga tradición. Hay personajes muy específicos que cada aspirante debe escoger. No es lo mismo ser Auguste, esos payasos locos, que uno triste como el "hobo". Lo cierto es que al final del día, cada cual debe encontrar una personalidad propia que lo distinga.

"Cada payaso tiene su estilo para darse a conocer", menciona Bianca Estrada, una payasa joven que utiliza el nombre de Agapita. "Debe corresponder a las destrezas que tenga cada uno, a sus fortalezas".

Aunque no existe una escuela de payasos, los profesionales coinciden en que es esencial educarse. Para eso han surgido varias organizaciones locales, como Boriklowns y la Asociación de Payasos Cristianos. También están las instituciones internacionales con presencia en la Isla, como Clowns of America o World Clowns.

Sin embargo, el elemento más importante es la vocación. Es muy difícil dedicarse a tiempo completo a payasear, por lo que muchos hacen del oficio un trabajo a tiempo parcial. Al final del día, una buena parte de estos artistas de la felicidad se dejan llevar por lo que les atrajo en un principio: los rostros maravillados y sonrientes de una audiencia compuesta de niños.

Para todos aquellos que crecieron con la televisión puertorriqueña en la década del 80 las palabras "china mondada, mantecado frostisiado, uno, dos y tres..."', aún retienen la magia que tenían en el show del Tío Nobel.

Miguel Resto Solís, mejor conocido como el Payaso Tatín, cumple 38 años de carrera este mes. Es uno de los veteranos que ayudó a profesionalizar el gremio junto con otros compañeros que empezaron en los 70.

"Mi especialización es la magia cómica", especifica Resto Solís. "Otros hacen de cantantes, o gimnasia o se dedican a la globología", añade sobre los expertos con globos.

Otro compañero con casi 3 décadas de trayectoria es Ángel Morales, "Jobolín", que se desempeña como vicepresidente de Clowns of America en América Latina. Como muchos de su generación, Morales lamenta que los que van entrando no conocen la historia de sus personajes. "Uno debe tener conocimiento del payaso, del género de donde salió el payaso que uno hace", afirma.

No todos los payasos son iguales. El Cara Blanca, cuya marca definitoria es el maquillaje que lleva en el rostro, aparenta ser más serio. La seriedad, claro está, es un concepto relativo cuando de payasadas se trata, y el Cara Blanca hace de seriote al lado del Auguste.

"Es el más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR