Villanas

Yara Liceaga

Mi mejor amiga y yo éramos de las villas, así que técnicamente éramos villanas; después estaban las casas, el colegio, el campo de golf, el hotel abandonado. El único "shopping mall" de entonces, el balneario, los barrios, las escuelas, el pueblo quedaban fuera de los brazos mecánicos de la entrada principal.

Cuando mami despertaba los fines de semana hacía rato estábamos jugando por ahí, en la calle, que era una especie de "locus amoenus" de clase media (que fluctuaba entre alta y baja con bastante armonía) con aceras sinuosas y áreas verdes, "gazebos" que se usaban para dar la misa los domingos y la playa y la piscina.

Con los años en la casa se estableció un sistema de notitas que informaban donde estaríamos jugando; la norma era salir casi por instinto sin encomendarnos a nada ni nadie. Con cuatro, seis, ocho, doce, quince, diecisiete años la calle era nuestra, los alrededores nos pertenecían porque los habitábamos sin más problema que una goma de bici "explotá" o la...

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