Las visitas papales

JOANNE M. RODR?UEZ VEVE

ESTUDIANTE DE MAESTR? EN HISTORIA Y DERECHO

Resulta ya trillada la comparaci?ntre Su Santidad Benedicto XVI y su antecesor Juan Pablo II en materia de personalidad. Dif?lmente podr?negarse el car?er carism?co de Juan Pablo II; su eterna jovialidad lo hizo despuntar como uno de lo m?queridos papas de la historia reciente de la Iglesia. No obstante, tal reconocimiento no hace mella en la magnanimidad del actual pont?ce, quien como todos sabemos, no s?fue la mano derecha de su antecesor, sino que adem?sigue siendo un gran cerebro y el coraz?n la defensa de la doctrina de la fe.

La visita de los sumos pont?ces no se reduce a un asunto de aceptabilidad social; m?bien, su importancia reside en el mensaje de su peregrinaci?El Santo Padre est?lamado a proclamar y a defender las grandes verdades de la Iglesia.

Y como custodio m?mo de estas verdades, no...

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