Vital la ayuda del sector privado
Tras el devastador paso del huracán María por Puerto Rico, la respuesta gubernamental a la emergencia –tanto la federal como la estatal– ha sido ampliamente discutida. Pero ante las proporciones épicas de la catástrofe provocada por el ciclón, líderes de múltiples industrias dentro del sector privado decidieron unirse para buscar soluciones a la gama de problemas que han surgido a raíz del evento atmosférico, sirviendo como puente de ayuda para algunas de las comunidades más necesitadas.
Cuatro días después del paso del ciclón surgió una iniciativa, posteriormente bautizada bajo el nombre de “Business Emergency Operation Center”, en la que el sector privado optó por no quedarse de brazos cruzados y formar parte de la respuesta. La iniciativa, en colaboración con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y con el gobierno, buscaba resolver juntos algunos de los dilemas que enfrentaban y que continúan encarando.
Esa primera reunión, que convocó a líderes de distintas áreas para resolver algunas de sus problemáticas, no estuvo exenta de fricciones, admitieron integrantes de la iniciativa, ya que fue difícil al principio alinear y reconocer prioridades de ese momento.
“Después de una semana todo el mundo se dio cuenta de lo importante que todos son para Puerto Rico: los hospitales, el sector de la salud, de gasolina, de suministros de comida… Todos nos convertimos en uno”, afirmó Daneris Fernández, líder del grupo.
Gasolina y diésel
En una mesa redonda con El Nuevo Día, 12 de los miembros del grupo, junto a dos representantes de FEMA, reconocieron que la primera necesidad que surgió tras el ciclón fue la obtención de gasolina y diésel. Estos productos eran necesarios tanto para la operación de sus negocios a través de generadores eléctricos como para que sus empleados pudieran abastecer sus vehículos y llegar a sus trabajos.
“Inicialmente, vinimos con dilemas de nuestras industrias privadas, cuando nuestros empleados no podían trabajar por las largas filas en las gasolineras. Entonces, el secretario de Estado (Luis Rivera Marín) nos abrió una oficina (en el Centro de Operaciones de Emergencia, COE). El asunto se resolvió en dos semanas cuando salió una orden ejecutiva sobre las estaciones de gasolina destinadas (como prioritarias para empleados de distintos sectores privados). Empezaron a abrir las sucursales y se empezó a mover un poco la economía”, recordó Zoimé Álvarez, de la Asociación de Bancos.
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