Vital un cambio de estrategia

Por Rebecca Banuchi

rebecca.banuchi@elnuevodia.com

"Aquí lo que ha hecho crisis es un sistema particular de venta de libros", sostuvo Alfredo Torres, propietario de la librería La Tertulia, en Río Piedras, al afirmar que, al igual que su llegada, la salida de Borders supondrá un cambio radical en la industria de libros en Puerto Rico.

Torres y otros libreros coinciden en que el futuro de la industria está en el retorno a las librerías pequeñas y especializadas, y no en la fórmula de las megatiendas que apela al lector de interés general y a quienes buscan con preferencia los libros más vendidos.

"Solamente sobrevivirán las librerías especializadas y fuera de centros comerciales", subrayó Nuria Muñoz, dueña de Castle Books, que al igual que Borders anunció su cierre la semana pasada.

Muñoz, cuyo negocio también está enfocado en el lector que gusta de todo tipo de obra literaria, reconoció la debilidad de esa fórmula de negocio estos días, pues asegura que es ese mercado el que ha sido acaparado por los productores de libros electrónicos y por las megatiendas que no se dedican a la venta exclusiva de libros.

Por ello, apuesta al desarrollo de librerías con un perfil bien definido que atiendan los intereses particulares del público lector.

Tanto Muñoz y Torres, como sus colegas de la Librería Mágica y Librería Norberto González, en Río Piedras, así como Cronopios, en Santurce, son conscientes de que no se puede hablar del futuro de la industria al margen de los libros electrónicos, un factor crucial en la caída del imperio Borders.

"Tú no peleas contra la tecnología. Se ha ido imponiendo, y ahora llegó a la industria del libro", indicó Torres.

Alfredo Sepúlveda, dueño de Cronopios, reconoce que la incursión de la tecnología en la industria de libros es irreversible, pero está convencido de que su penetración en el mercado local será mucho más gradual que en Estados Unidos.

"Lo del libro electrónico, en el caso de Puerto Rico, no toca de manera drástica. Pasarán muchos años para que dejemos de tener libros. A nosotros nos gusta sentir el libro... Me los han ofrecido, pero por ahora quiero mantenerme en la parte tradicional. Cuando llegue el momento, habrá que hacer ajustes, pero inmediatamente no", comentó Sepúlveda.

Cronopios se mudó recientemente del Viejo San Juan, donde había operado desde 1968, a la calle De Diego, en Santurce. Con el cambio, Sepúlveda buscaba hacer su negocio más accesible, y aprovechó también para añadir a la oferta el...

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