Vital el cultivar el civismo para erradicar el acoso

El supervisor o colega que te ignora cuando le hablas, te hace perder el tiempo, te grita o te tira los papeles, no contesta tus llamadas ni correos electrónicos o te manda a callar en una reunión, aunque tiene el potencial de lacerar el ambiente de trabajo, no recibe la misma atención que el hostigamiento sexual o el discrimen."Los patronos estamos viendo que el supervisor que gritó y tiró los papeles tiene un comportamiento completamente incivilizado, pero con eso no nos vamos a meter, vamos a bregar con lo que sí es ilegal y nos puede costar dinero", ilustró Alicia Figueroa, abogada laboral y patronal del bufete Pietrantoni Méndez & Álvarez."Sin embargo, el EEOC (siglas en inglés para Comisión federal para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo) dice que, según su análisis, al final les cuestan lo mismo a los patronos los casos de acoso sexual o discrimen que los casos de comportamiento incivilizado".Son conductas que no necesariamente generan pleitos legales, pero perjudican el ambiente de trabajo, por lo que pueden generar más quejas ante Recursos Humanos, más ausentismo, mayores tasas de rotación, menos productividad y reducción en el nivel de compromiso de los empleados, mencionó la abogada. Agregó que otra consecuencia común es que se lacera la comunicación, porque trabajadores afectados optan por hablar lo menos posible con quienes exhiben un comportamiento incivilizado para evitar problemas y malos ratos.A esta realidad se añade el hecho de que los adiestramientos contra el hostigamiento sexual y todo tipo de discrimen que brindan los patronos a sus empleados, tal y como lo requiere la ley, no han sido efectivos. Un estudio de EEOC encontró que el hostigamiento sexual es un problema persistente en el día a día del mundo laboral y que un 70% de las víctimas no presenta una queja formal, principalmente por temor a represalias.Por eso, la entidad federal sugiere ahora a los patronos trabajar con lo que llama "el regreso del civismo al área del trabajo", que, según Figueroa, consiste en adiestrar a los empleados en civismo y, en vez de decirles lo que no deben hacer, comunicar lo que sí pueden hacer.También recomienda adoptar un programa holístico de prevención de este tipo de acoso, que debe incluir la participación de los líderes de la empresa en las iniciativas, pues es importante que prediquen con el ejemplo; poner por escrito una política de civismo; establecer un procedimiento de manejo de querellas y brindar al personal un...

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