Como vivir en la barbarie: siguen matando mujeres

Era una prisionera en su casa. Su esposo le prohibió salir sin él. La encerraba con candados. Incluso, colocó cámaras para vigilarla.Quebró su alma. Aniquiló la autoestima de la mujer que prometió amar. Ella, ya en una edad avanzada, estaba paralizada.Pero tuvo el valor de contarle a una amiga la tortura que vivía.Y crearon un plan de escape.Cuando pudo, salió de su "cárcel", acudió al cuartel más cercano, y se refugió en el albergue de la Casa Protegida Julia de Burgos.Se salvó. No todas lo logran.Moesha Hiraldo Maldonado19 años, Hato ReyAida Irizarry Díaz50 años, San GermánMaritza de Jesús Espada51 años, CoamoShakira Carrero García24 años, RincónItza Nieves38 años, BayamónMarcela Montañez58 años, Aguas BuenasMilagros Ivette Ortiz Alvarado52 años, Lajas.Leissin Michelle Ortiz Rivera24 años, Las PiedrasAnnette García Arroyo31 años, Cabo RojoMaribel Díaz Rodríguez44 años, GuraboFrancheska Miranda Sánchez27 años, CoamoFrances Pagán Resto34 años, QuebradillasMarisol Ortiz Alameda28 años, LajasRosabell Rodríguez Díaz35 años, GuaynaboTodas han sido asesinadas en lo que va del 2018, víctimas de la despiadada violencia doméstica.Jackeline Vega Sánchez43 años, San JuanCarmen Iris Domínguez Pérez34 años, PonceIlia Millán Meléndez44 años, San LorenzoA las tres les arrebataron la vida este año y sus muertes se investigan como violencia de género.Ya son 17 y es devastador.Cuando el 22 de octubre de 1979 se inauguró la Casa Protegida Julia de Burgos como un proyecto para erradicar la violencia doméstica, Sara Silva Soto no había nacido. Ocho años después de ese primer albergue, Neida Soto la parió. Nació y se crio en Ponce bajo la atenta mirada de su madre, la mujer que la ha influenciado para convertirse en la líder que es hoy.Mujer, negra y joven de 31 años, esta trabajadora social asumió, desde el pasado 25 de marzo, la dirección de la Casa Protegida Julia de Burgos, una institución que cumplió el lunes pasado 39 años de historia y el récord de socorrer de las garras de la violencia doméstica a miles de mujeres."Como sociedad, necesitamos empezar a mirar el tema de los derechos humanos y de la violencia de una forma más crítica y menos natural. Mi mamá siempre me decía: ‘Sara, tienes que tratar a las personas igual que tú quieres que te traten y ser compasiva’", dijo a El Nuevo Día Silva Soto, quien lleva siete años laborando con víctimas en la Casa Protegida Julia de Burgos.¿Qué caso le impactó más?—En el 2014, era una participante de 22 años que...

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