Vivir muchas vidas
Por Ana Teresa Toro
ana.toro@elnuevodia.com
Él lo sabe y, unas veces controla la dinámica y otras, te deja creer que lo haces tú. Es de una sinceridad cautelosa, de pensamientos pensados y frases que no saltan sin análisis; es extrañamente severo y dulce a la vez. Pero no dura mucho tiempo el juego, porque cuando comienzan a caer sobre su rostro las capas de maquillaje sus personajes lo encarnan y explota toda esa energía contenida que se percibe en el Gil René sereno que observa su entorno y se divierte jugando con el en sus pensamientos.
De esas encarnaciones fuimos testigos durante la sesión de fotos que acompaña esta entrevista. Lo vimos ir del inocente jíbaro "Alejito" a la mordaz "Lucy Perrea Gordons", "Pinocho" nos cantó un par de verdades y un "Arlequín" llenó de color el estudio. Al final, "Triplo" nos contó en que consiste eso de ser un actor blanco que se pinta la piel mientras entre foto y foto, Gil René aparecía a veces ý nos inivtaba a conocer los hoyos negros de sus ojos.
Es difícil pensar en el teatro en el País y no mencionar al "Pinocho" de Gil René. Veinticinco años ha interpretado a este personaje que llegó como su primer rol protagónico y se quedó no sólo como pieza indispensable en su repertorio actoral, sino que pasó a vivir en el imaginario de generaciones.
"Yo de niño era muy mentiroso. Recuerdo que le decía una cantidad de cosas al cura solamente para verle la cara. Mi madre me decía que no se podía vivir así y que las mentiras no me iban a llevar a ninguna parte. Llevo 25 años diciendo mentiras", dice con las pestañas larguísimas del personaje. De repente, sus ojos parecen de niño. Le hemos creído.
"Pero también es un Pinocho distinto porque tiene la capacidad de arrepentirse y pedir perdón. Es una reflexión humana, porque si no lo hacemos, acabaremos nosotros como un canto de palo", añade.
El asunto con la actuación no siempre fue la prioridad en el panorama. Durante mucho tiempo Gil René se desarrolló como músico (toca el piano, la guitarra y la flauta dulce); además de cantar y fungir en repetidas veces como director coral tanto en la iglesia a la que asistía de joven en Carolina como en el escenario.
"A mí me costó varios años decir que yo era actor. Siempre decía que yo era un músico que actuaba, porque, de hecho, eso era lo que hacía, siempre interpretaba papeles de músico", explica.
¿Y cómo te diste cuenta de que eras actor con todas sus letras?
"Sucede que te das cuenta de momento de que abordas el...
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