EN VOCES DE BORICUAS

Por Fernando Ribas Reyes y Daniel Rivera Vargas

El Nuevo Día

Estaba -según contó- específicamente en un camerino habilitado por el maratón cercano a la meta de la carrera en donde ocurrieron las dos detonaciones ayer en la tarde.

"La bomba, que entonces era solo una explosión, estremeció la caseta. Todos estábamos allí adoloridos por la carrera y todo el mundo miró para arriba como diciendo ¡Qué fue eso! Al poco tiempo, en menos de un minuto, sonó la segunda explosión", narró Rojas, quien fue jefe de Redacción de El Nuevo Día.

"Pero igual. Nos quedamos cambiándonos porque no se escucharon gritos, ni sonidos de sirenas de ambulancias".

No fue hasta que la Policía entró en la caseta y ordenó el desalojo de los corredores, que Rojas y el resto del grupo comenzaron a entender que algo peligroso había ocurrido en el exterior.

Rojas dijo que, al poco rato de comenzar su caminata de desalojo, se encontró con otro puertorriqueño, uno de los 4,496 corredores que no pudieron completar la prueba porque vieron su intento interrumpido ante el alerta de las autoridades.

Ese era Omar Suro, corredor y presidente del club Torrimar Joggers, quien también desalojaba el área.

Suro estaba a tres minutos de terminar la carrera, lo que equivale a 800 metros de la meta. Estaba cerca del lugar de los hechos cuando escuchó las detonaciones e inmediatamente la Policía les ordenó a él y a cientos de corredores tomar una ruta alterna para desalojar.

Suro, que 'empujaba su cuerpo' para completar la prueba, tampoco sospechó lo que sucedía al escuchar las explosiones. "No pensaba en lo más mínimo al escuchar las explosiones. Creía que podían ser como los actos de llegada", dijo. "Pero la voz corrió rápido y la Policía nos detuvo. Todo el mundo se movió en orden".

"Vi a una mujer", prosiguió, "que había salido corriendo del área del accidente y tenía una herida en una pierna. Había mucha sangre".

Al menos una decena de puertorriqueños corrió en el Maratón de Boston. No se había reportado ayer en la tarde que alguno de estos estuviera entre las víctimas de las explosiones.

La puertorriqueña Carmín Nicole Rivera-Magone y su esposo estaban a punto de llegar a la meta en el Maratón de Boston cuando de repente ocurrió una explosión.

"Fue horrible. Mi esposo y yo estuvimos a 10 segundos de cruzar el fin y vimos la primera explosión", contó Rivera-Magone.

La mujer residente en Nueva Jersey agregó que en ese momento viraron en dirección contraria a la meta.

"No sabíamos qué...

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