Volver a El Principito

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

El Principito, ese cuento de largo aliento del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, publicado por primera vez en el 1943, es al día de hoy una obra con la que todo amante de la lectura probablemente se ha topado alguna vez. Un cuento para niños que muchos adultos visitan una y otra vez para evocar los pedazo de alma que se esconden -o se pierden- con el crecer.

Sucede, además, que cuando esa experiencia de evocar se vuelve colectiva el resultado es una historia de culto que no para de hablarle a todo el que la lea. Por eso, al momento de pensar en la obra artística idónea para celebrar el 75 aniversario de la Alianza Francesa en Puerto Rico, volver a El Principito fue una cosa natural. Después de todo, "es un símbolo universal de Francia, pero también un cuento que ha viajado un montón", dice Camille Vandenbunder, coordinadora de actividades culturales en la Alianza y teatrera de formación.

Vandenbunder es francesa y lleva poco más de dos años en la Isla trabajando con esta institución, desde donde ha estado muy atenta a la escena teatral del país. Así que una cosa conectó con la otra y el resultado es que esta noche sube a escena una adaptación para teatro de El Principito que reúne a distintas compañías artísticas como la compañía de danza Coda 21, el Circo Nacional o la compañía teatral Y no había luz, entre otros de los alrededor de 35 artistas que le ofrecerán su mirada y estética particular a la pieza. Codirigida por Vandenbunder y por Arturo Gaskins del Circo Nacional, la puesta en escena tendrá como hilo conductor al primer actor Teófilo Torres, quien interpretará al piloto. El personaje del Principito estará a cargo del joven actor Yarlier López, de 19 años, quien encarnará a un principito muy distinto del niño rubio y delicado al que estamos acostumbrados.

"En todo lo que organizamos nos preocupamos mucho no solo por presentar aspectos de nuestra cultura y nuestro país, sino por poner todo eso en contacto y diálogo con las culturas locales y puertorriqueña. Para nosotros es muy importante esa conexión", abunda Vandenbunder, quien en su exploración encontró que todas las personas con quienes hablaba sobre El Principito terminaban por narrarle una anécdota muy personal. En su caso se trató de un redescubrimiento.

"Lo había actuado de juventud, la rosa y una de las flores pero hace tiempo", añade la directora, para quien esta nueva mirada le permitió imaginarlo en el...

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