Votar por Ninguno

EDGARDO PRATTS

CATEDRÁTICO DE HISTORIA Y CIENCIAS POLÍTICAS

Hubiésemos pensado que lo que representó ese personaje de Ninguno había quedado en ese debate electoral de la campaña de 2008. Sin embargo, más allá de lo que significó y los resultados obtenidos, vemos que Ninguno podría tener plena vigencia para la próxima elección.

Se trataba del planteamiento de la abstención electoral participativa donde se votaba por Ninguno en la "quinta columna" (escribiendo Ninguno - Write In). Era claro que no se trataba de renunciar al derecho democrático al voto ni frustrar la voluntad política del ciudadano. Lo que se intentó fue mostrar la posibilidad de construir una democracia más efectiva, más real, más directa y participativa.

En días recientes se dieron a conocer los resultados de una encuesta y un 28% señaló a Ninguno como preferencia. Esto nos debe llevar al planteamiento y a la deseabilidad o necesidad de inventar una nueva cultura política construyendo nuevas modalidades de participación, para superar la caduca democracia representativa tradicional. Es intentar trascender igualmente la democracia puramente electoral dominada por una clase política enquistada en las estructuras organizativas de los partidos políticos.

El personaje y la opción de Ninguno sin duda contribuye al efecto que habría de producir en la sociedad el considerar no sólo el escenario electoral obligado al que somete a nuestro pueblo. Como señala el politólogo Ángel Israel Rivera se promueve "el que un número creciente de ciudadanos intervengan, individual y colectivamente, en los debates y las deliberaciones sobre los asuntos...

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