Voto útil que ha sido inútil

SILVERIO PÉREZ

HUMORISTA

Para esta falta de respeto a la inteligencia del elector se prestan analistas, supuestos expertos en sabrá Dios qué materia y, obviamente, los beneficiados, los políticos para los que sí resulta útil ese voto inútil.

Agarremos nuevamente a Einstein por sus greñas para que nos repita que si queremos cosas diferentes tenemos que hacer cosas diferentes. Que si hacemos lo mismo tendremos lo mismo. Que repetir una misma acción esperando resultados diferentes es lo más cercano a la locura.

Ese mal llamado voto útil nos ha llevado a un país inútil que no ofrece esperanza alguna a los miles de graduados que salen de las universidades en estos días con un diploma en la mano. De este país inútil, producto del voto útil, se van aproximadamente 30,000 buenos puertorriqueños a buscar mejores oportunidades en otros lugares del planeta.

El mal llamado voto útil no ha tenido efecto alguno en la desigualdad que impera en nuestra pequeña nación. Hoy la brecha entre ricos y pobres es más amplia que en la década del sesenta cuando comenzó el quita y pon. Como consecuencia de ello los niveles de criminalidad alcanzan niveles nunca antes soñado.

El mal llamado voto útil no ha logrado que el porcentaje de estudiantes que comienza en la escuela pero no llega a un grado universitario, haya disminuido. Mucho menos ha logrado que el aprovechamiento académico de esos estudiantes mejore con los años. Claro, educar a la gente va en dirección contraria a esa directriz del voto útil porque las personas inteligentes y educadas se darán cuenta de la inutilidad de usar el voto sólo para tumbar gobiernos y no para construir un nuevo país.

La salud, la economía, nuestra agricultura, el ambiente, la cultura, cualquier aspecto de nuestra...

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