'Voy a disfrutarme el momento'

POR CARLOS ROSA ROSA

Enviado Especial

Es una imagen para la historia: un sonriente José Juan Barea con el trofeo de campeonato de la NBA en sus manos, arropado por la bandera de Puerto Rico.

Fue un acto que, seguramente, enorgulleció a todos los puertorriqueños que lo vieron en vivo o por televisión en distintas partes del mundo. Fue un detalle planificado, según dijo el propio canastero.

"Ya tenía a alguien que me la iba a dar", respondió el armador de los Mavericks de Dallas, después de obtener su primer campeonato en la NBA en el sexto desafío de la Serie Final ante el Heat de Miami.

Durante toda la Final, Barea mostró su orgullo de ser puertorriqueño. Incluso, hasta la monoestrellada está presente en sus zapatillas. Y en el día del campeonato, la bandera también adornaba su casillero en el camerino visitante del American Airlines Arena.

Allí, todos los medios latinos esperaron por él. Era la figura grande de Latinoamérica en esta Final. Y hasta chinos y españoles se interesaron en él.

Rodeado de una veintena de periodistas, el boricua parecía vivir el momento soñado de todo baloncelista. Un sueño que un solo puñado de canasteros en todo el universo de la NBA tienen el privilegio de vivir. Y allí, un mayagüezano, de 5'10" y en su quinta temporada como enebeísta, trataba de describir sus emociones.

"Sin dudas, es el momento más grande de mi carrera", confesó a preguntas de El Nuevo Día con una enorme sonrisa, la misma que reflejó al sonido de la chicharra que los proclamaba como los nuevos monarcas de la NBA.

"Es el mejor sentimiento de vida. He luchado toda mi vida para este momento. Y voy a disfrutarme este momento".

Fue una jornada inolvidable para el 'pequeño gigante' de Puerto Rico. Una noche donde se engrandeció por sus ejecutorias dentro del tabloncillo. Barea ya dejó de ser tan 'chiquito' en medio de gigantes. Ahora es visto como uno 'grande' por su desempeño.

¿Y qué mejor escenario para lucir que en el último juego de la Final?Y Barea lo hizo para poner en alto el nombre de Puerto Rico. Totalizó 15 puntos, cinco asistencias y tres rebotes en 29 minutos. Disparó 12 ocasiones al canasto y atinó siete veces. Su presencia sobre el tabloncillo no fue insignificante. Fue valiosa y relevante.

¿Cómo olvidar ese cuarto periodo? Miami venía en un avance de 5-0 al inicio del segmento y se pegaba en la pizarra, 81-77, con 10:32 en el reloj. La algarabía se apoderaba del coliseo, cuando el Heat se jugaba la vida. Al Heat le urgía reaccionar y...

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