'VOY A JUGAR CON LOS YANKEES'

Por Joel Ortiz Rivera

joel.ortiz@elnuevodia.com

Pero fue poco a poco, luego de muchos palos de escoba desaparecidos, muchas bolitas de papel de aluminio y de 'tape' negro, así como de incontables recogedores sin madera por donde agarrarlos, que sus padres, Neida Roldán Santos y Álex Torres López, entendieron que era inevitable que su hijo menor jugase pelota. Lo inscribieron en una liga.

Fue entonces, a los tres años y medio, que Álex tomó la decisión de que su mayor meta en la vida sería jugar como pelotero profesional para los Mulos del Bronx, y en eso trabaja hoy, a sus 10 años, como pitcher, guardabosques y utility de los Angels de categoría 9-10 años de la Asociación de Ligas Infantiles y Juveniles del Torito (Alijuvento), afiliada al American Amateur Baseball Congress.

"Yo voy a jugar con los Yankees porque ese es el equipo que me gusta desde chiquito", dijo Álex hace unos días en un partido de fogueo de sus Angels, que próximamente irán a la etapa de campeonatos regionales de su organización, luego de ganar el pase en un partido en el que él lanzó como taponero, contuvo la ofensiva contraria y preservó el triunfo.

"Pero si me coge otro equipo, también juego", agregó con una sonrisa pícara.

La diferencia entre la historia de Álex y la de miles de niños boricuas que anhelan llegar a Grandes Ligas y jugar con los Yankees es que este cayeyano con sus habilidades, su pasión y su determinación se ha ganado el respeto y la admiración de muchos, debido a la prótesis que sustituye su pierna izquierda y que, a menos que se le vea correr, esta no es perceptible.

Su madre explicó que Álex nació con una condición llamada proximal femoral focal deficiency, que provocó que su pierna izquierda no desarrollara el importante hueso fémur. Aunque sí desarrolló la rodilla, la tibia y el pie, estas surgieron casi en su cadera, dejando a su pierna izquierda mucho más corta que la derecha, que se desarrolló normalmente.

Tras varias opiniones médicas en la Isla y en Estados Unidos, según Neida, se tomó el rumbo de amputar la subdesarrollada pierna izquierda de Álex para poder adaptarle una prótesis que, amarrada a la cadera, le permitiría una mejor movilidad y mejor calidad de vida. Y poder jugar pelota.

Y tras la operación, el tratamiento y las terapias, a los tres años y medio ya jugaba béisbol.

"Dirigirlo no es un reto, fuera de esa condición, él es uno más en el equipo. Él corre como todos los demás, hace todos los ejercicios, brinca los obstáculos y...

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