'Me voy a quedar con esto para todo la vida'

MOCA.- Todos los sacrificios que los progenitores del ciclista Abner González realizaron para ayudar a su hijo a lograr su sueño de ser un profesional en la máxima categoría de su deporte rindieron frutos la semana pasada cuando el reconocido equipo español Movistar lo firmó por tres años.Obtenida esa meta, de paso, hazaña lograda por primera vez en la historia por un puertorriqueño, a González, de 20 años, le faltaba poder regresar a casa a celebrar su triunfo con los suyos. Para ello, el ciclista cruzó el océano Atlántico para un encuentro sorpresa con los allegados a su corazón.Para esto contó con la colaboración de quien fuera uno de sus entrenadores y amigo, Pedro Lajara, con quien se lanzó a una rodada este pasado domingo desde Barceloneta hasta su casa en el barrio Marías, de Moca, para sorprender a su papá y a su mamá, Alejandro González Méndez y Teresa ‘Sussy’ Rivera Valentín.Se le vio recorrer la PR #2 feliz y tranquilo, junto a Pedro y otros dos juveniles, Julián Molina e Isabel Lajara. Parecía que recordaba ese tiempo en el que hacía rutas similares mientras imaginaba un futuro lleno de triunfos como un ciclista reconocido.Al arribar a su hogar y anunciar su llegada, momento que pudo presenciar El Nuevo Día pero que no pudo publicar hasta que el atleta recibiera el permiso de su equipo para conceder entrevistas, Sussy y Alejandro quedaron perplejos, pero no perdieron tiempo. Lo abrazaron, lo besaron, y lo llenaron de lágrimas. No podían creer que su "nene" estuviera frente a ellos con una gran sonrisa. Mientras, en una gran pared al fondo, un cruzacalles con varias imágenes del deportista de 20 años servía de telón al drama de amor y alegría que se vivió por unas horas.Por su parte, Abner no paraba de sonreír mientras se abrazaba a sus padres con fuerza. Había pasado más de un año desde la última vez que los tuvo de frente."Esto es un momento único con el que me voy a quedar con esto para todo la vida", apuntó el atleta."Fue muy bonito y quedó bien. Porque pensaba que me iban a dañar la sorpresa porque hubo personas que me tiraron fotos mientras yo iba entrenando y las habían publicado. Cuando llegué no sabía si se habían enterado. Tenía esa duda de si iba a ser sorpresa o no. Pero al final, los sorprendí y fue muy especial", añadió.Al examinar su logro, Abner confesó que más de 48 horas después de la firma del contrato, aún estaba incrédulo."Por fin llegó mi sueño, y no tengo palabras para describir lo que estoy sintiendo"...

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