Esa voz residente en la memoria

JULIA ALEMÁN

Especial para El Nuevo Día

Desde siempre, la música ha sido telón de fondo de su vida. Su padre, Bautista Izquierdo, autodidacto y guitarrista connotado; su madre Blachinerta Prieto, cantante de danzas. Por ello, Adela Eugenia Izquierdo Prieto creció rodeada de música y de talento. Estaba escrito que iba a cantar, que iba a estar en el medio de las comunicaciones, de las artes.

La música, los libros y la radio pública WIPR, formaron parte importante de su infancia. "Yo no conozco otra cosa que no sea eso" añade, quien todos conocen como "Ratty".

"Yo canto, desde que puedo recordar. A los cuatro años mis padres me llevaron a cuanta emisora había en la isla y a esa edad debuté en el teatro Metro de Santurce. Me llamaron 'La princesita de la danza' porque sólo cantaba danzas", evoca.

De adolescente, asistió a la Escuela Libre de Musica, destacándose como estudiante talentosa. Pero su padre la sacó porque uno de sus hermanos le dijo que estaba hablando con un noviecito. "Eso me hizo mucho daño". En la Universidad Interamericana se certifico como maestra de educación especial. Su padre no se interpondría más en su vida.

La primera actriz Myrna Vázquez la adiestró y le dio la oportunidad en teatro donde participó en obras como "La carreta", "El hombre inmaculado" y "Un sombrero lleno de lluvia", entre muchas, hasta que en 1971 buscó una oportunidad en WIPR.

Su voz sedosa impresionó y la contrataron como locutora de cabina de la televisora. Por largo tiempo fue la voz oficial de WIPR. Luego laboró como técnica de tráfico y pasó a la radio, donde comenzó el programa infantil "Un ratito con Ratty".

Como cantante, colaboró con la orquesta de Richie Ray y Bobby Cruz en 1973. Un promotor le había comentado que Vicky Vimarie, voz principal, estaba de vacaciones y necesitaban una cantante con urgencia. "Un jueves fui a casa de Ricardo y entoné unas cuantas canciones de la época. Cuando llega Bobby Cruz, dice: 'Creía que era un disco'. Entonces me dijo que empezaba con ellos el sábado".

Así, sin ensayar con la orquesta y leyendo de unas tarjetitas las letras de las canciones, debutó con ellos, "Fue un debut genial, exquisito. Jamás olvidaré esa experiencia".

Cantar con los creadores del "sonido bestial" la llevo a casi compartir tarima con un artista, que luego se convirtió en una estrella mundial: Michael Jackson. En 1974, los "Jackson Five" fueron invitados a Puerto Rico, y la orquesta de Richie abría el concierto en el Coliseo Roberto...

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