“WELCOME TO COOPERSTOWN”

esde su retiro del béisbol, muchos coincidían en que sería cuestión de tiempo para que Roberto Alomar tuviera su placa en el Salón de la Fama.

La pregunta era, ¿cuándo?

El 2010 fue su primer año de elegibilidad y todos se preparaban para celebrar su exaltación en su primera aparición en la boleta.

Pero no fue así.

Apenas ocho votos le impidieron formar parte del selecto grupo de inmortalizados en su primer año. Analistas coincidieron en que el incidente con el árbitro en 1996 fue la única razón posible para negarle tal distinción al mejor segunda base de la historia.

En su segunda oportunidad, en el 2001, amarró el 90 por ciento de los votos para finalmente convertirse en el tercer puertorriqueño en el recinto de los inmortales y el primero que lo hace con la gorra de los Azulejos de Toronto.

En su emotivo mensaje, Alomar primero se dirigió en español para profesar lo orgulloso que se sentía de sus raíces boricuas.

“Me siento muy orgulloso de ser puertorriqueño. Siempre jugué por mi isla, por mi bandera y por todos los latinos”, dijo Alomar en el estrado.

“En este día, me siento más que orgulloso de estar al lado de dos leyendas que le dieron tanto a nuestro país: Orlando ‘Peruchín’...

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