'Windows'

Edwin Cuperes

En una matemática infalible se advierte que los matones criollos detentan esa edad traviesa durante la cual el varón boricua adquiere ronqueras de mafioso y su cerebro formula lemas de "exterminator": "¡Hasta la vista, baby!".

No es por esa ventana rota por la que hay que mirar, ni es la mirada pueril la que vislumbrará nuestra problemática social a través de rotos niuyorquinos. Las astillas de vidrio nublan el contrato social que alguna vez firmamos. Es necesario lo contrario: una buena lupa que viabilice la percepción de nuestra realidad con ojos de cíclope. Entonces veremos que la firma del país es ininteligible, porque apenas aprendió a escribir. Allí empezó todo, cuando el tronar de cañones le confundió el ánimo.

En esas instancias psicóticas, un psicólogo social hubiera ayudado más de lo que lo hizo el panfletero de Dios, pues dio pan, un poco de tierra y algo de libertad, por lo que el revoltoso país fue amilanando su espíritu, se fue convirtiendo en el dócil instrumento de quien tuviera la técnica para manipularlo y someterlo. Ahora ya es tarde para arreglar esa ventana rota por donde huyeron sus sueños.

En el...

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