¡Feliz cumpleaños, tío Sergio!

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

Comoquiera tendrá bizcocho porque su creadora, Magali García Ramis, tiene ganas de recordar los tiempos felices -previos y posteriores- a la publicación de uno de sus textos emblemáticos, "Felices días tío Sergio".

Quince ediciones -incluidas la inglesa y la alemana- y 120 mil ejemplares vendidos después de aquel alumbramiento, García Ramis recibe la distinción de honor de la próxima edición del Festival de la Palabra que le rinde homenaje por su trayectoria y, claro está, por esta historia que los estudios literarios insertan en el género de "novela de crecimiento". Junto a El Nuevo Día revisa el impacto de la novela y recuerda quién era cuando la escribió.

"Aquí estaba el cine, en esa iglesia me bautizaron y por allá vivía con mis papás y mis hermanos. Pero aquí vivían mis tías", explica Magali mientras se acerca al lote en la calle Villamil en Santurce que en el 1960 dejó de ser la casona típica de la época para convertirse en un edificio que hizo las veces de hospedería Simar Guest House. El último piso albergó a sus tías el resto de sus días.

Desde la terraza en el tope del edificio encuentra bolsillos en el paisaje actual que han sobrevivido la ola modernista.

"Yo estaba ultrapolitizada", recuerda la joven que estaba en el extremo izquierdo de la ideología política mientras que su hermano estaba en el derecho, "en los setenta Puerto Rico estaba al borde una guerra civil, te lo juro. Yo pensaba, si nos criaron iguales, por qué él y yo pensamos tan distinto".

Acepta que se radicalizó "exageradamente", pero le resulta un proceso natural luego de vivir en una época que siguió "las grandes revoluciones del 68" que les marcaron "muchísimo". "Teníamos claro que no había que ser como los demás, que era posible cambiar el mundo", insiste y explica que su familia de ascendencia española era, en su mayoría, proamericana lo que provocó "discursos de barricada de ambas partes".

"Igual yo no era la típica puertorriqueña, ¡ni comía viandas!, y mi familia proamericana era archipuertorriqueña. Todo eso me daba vueltas en la cabeza, de ahí la ambivalencia de la protagonista que estaba en una edad en que uno empieza a entender la vida", subraya en torno a la adolescente Lydia.

De leer y escribir en inglés, pasó a conocer el boom latinoamericano, a conectar con el español y a redactar un cuento, "Todos los domingos", que antecedió "Felices días tío Sergio" y con el que ganó un Certamen de Cuento del Ateneo...

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