'A mi yerno no le guardo rencor'

Por Aurora Rivera Arguinzoni

arivera@elnuevodia.com

Ambos cuerpos serán despedidos hoy en sepelios separados, a las 11:00 a.m. y 2:00 p.m., respectivamente.

La pareja falleció en circunstancias violentas durante la madrugada del lunes, cuando el hombre disparó contra la mujer y las hijas que procrearon, antes de matarse de un balazo.

Ayer, día en que los restos de Pérez Cotto fueron expuestos en la casa de su madre en el barrio Certenejas de Cidra, decenas de personas peregrinaron entre esta residencia y la de los padres de Sierra Sierra, a pocos metros de distancia. El velatorio de ella comenzó la noche del martes.

Entre los primeros en hacer el recorrido estuvieron Raúl y María Sierra, progenitores de la occisa, quienes visitaron a la madre de Pérez Cotto, Cecilia Cotto. "Fuimos a verla y a darle fortaleza", expresó doña María.

"A mi yerno no le guardo rencor. Eso no lo hizo él. Eso quien lo hizo fue el enemigo (el demonio). Ellos no buscaban de Dios y yo siempre le dije que donde no está Dios está el diablo", expresó la sobreviviente de cáncer de mama antes de asegurar que todos juntos cuidarán de las niñas.

Las familias no han dejado de buscar explicaciones a lo ocurrido. Cuando este diario conversó ayer con algunos parientes de la pareja, salieron a relucir detalles sobre su relación, así como de la personalidad y el estado de salud de Pérez Cotto, que pudieron haber influido en la conducta de este.

Fue descrito como un hijo abnegado, que creció sin la figura paterna y ya de adulto asumió el cuidado de su madre enferma, a quien incluso aseaba cuando estaba médicamente indispuesta. No tenía vicios y su vida giraba en torno al trabajo y el hogar, donde no tenía problema en asumir roles socialmente vinculados a la figura femenina.

"No era maltratante. (Era) buen proveedor, buen padre", aseguró Juanita Sierra, tía de Angélica. A su juicio, el hombre -al que dijo haber querido como a un sobrino- estaba agobiado por la diabetes que padecía, empeñado en que su aún esposa reiniciara la relación fallida con él y aterrado de perder a sus hijas.

"Él no tiroteó a esas hijas porque no las amaba. Las tiroteó porque... '(pensaría) si yo me voy, ¿mis hijas se van a quedar con quién?' ", analizó Sierra.

Recordó que Pérez Cotto llegó a estar hospitalizado y en una ocasión casi muere debido a lo descontrolada que tuvo la diabetes. Por otro lado, en medio de la separación de su esposa, que ya no deseaba seguir casada con él, bajó de peso de forma marcada.

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