Yoyeando con el estatus

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Lo comenzó McKinley hace 114 años cuando al pedido de Hostos, Henna y Zeno Gandía de un plebiscito vinculante en 1899, se zafó del reto advirtiéndoles: regresen a Puerto Rico, pónganse de acuerdo y vuelvan por acá.

Catorce años después siguió el juego el presidente Wilson al prometer a los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico "los más amplios derechos y privilegios acordados para nuestros ciudadanos en los territorios".

En el momento más álgido de la Primera Guerra Mundial, accedieron el Congreso y Wilson a conceder a sus ciudadanos del territorio puertorriqueño la ciudadanía estadounidense. Una ciudadanía de segunda clase: ahora podían los nuevos ciudadanos ser llamados a la guerra, pero seguían sin derecho a elegir al presidente que los envía al campo de batalla ni a los congresistas que aprueban las leyes que les afectan. Años más tarde, les seguirían Kennedy, Ford, los dos Bush y Clinton. Y ahora Obama.

Mientras tanto, el 6 de noviembre pasado, los puertorriqueños se pusieron de acuerdo para acabar con la colonia. Decidieron quitarle su consentimiento con un contundente 54 por ciento de los votos (970,780 a 828,019).

En la segunda pregunta votaron para elegir una de entre las tres opciones de estatus permanentes, no coloniales y no territoriales: la independencia, la libre asociación y la estadidad. Optaron por la estadidad con 834,069 votos, un categórico 61 por ciento de los votos, más que los citados 828,019 votos (el 46.03 por ciento), que logró el estado libre asociado colonial.

Pero, como además de los políticos, hay otros actores de la vida puertorriqueña que también gustan de jugar al yoyo del estatus, comenzaron el juego. Y lo continúan. En un burdo y aberrante empeño colonialista, aderezado con el pica-pica del separatismo, se empeñan en restar al 61 por ciento de los votos por la estadidad las papeletas que se emitieron en blanco. Sé el salpullido que les produce culminar la ciudadanía estadounidense que dicen "atesorar" (bueno, será por lo del tesoro de la nación, el de los programas federales para educación, salud, carreteras, FEMA y otros).

De todos modos, según su...

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