A zafarse del colonialismo

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Dos razones abonan a esa realidad. La primera, porque como nunca antes están en competencia dos visiones de gobierno diametralmente opuestas. Una, la que se enfoca en unas políticas de responsabilidad fiscal, de austeridad y apuntalamiento efectivo de una correcta escala de prioridades de obras y servicios y en la participación del sector privado en las estrategias de desarrollo social y económico que sustituyan el viejo patrón del Estado paternalista. Así como en un concepto idóneo de gobierno, no a base de poner el oído en tierra para ver cómo sopla el viento para actuar en consecuencia, sino a base de la implantación de las medidas medulares, que aunque políticamente odiosas y costosas, deban tomarse para el bien colectivo del presente y el futuro.

En efecto, decía César Andreu Iglesias que "es característica del político actuar con el oído en tierra. Según soplan los vientos, así marcha el político. Y eso es lo que explica sus votos. Pero también da su medida".

La otra visión en competencia es la de la administración de un estado-patrono, la que ve y administra el presupuesto del Estado como el de una oficina de empleos en agencias y departamentos -a más empleos en la nómina gubernamental, más fuerte será el respaldo electoral-, que para los políticos de tal visión, es lo que cuenta. Aunque lleve a la quiebra al gobierno al extremo de tener que cerrarlo, como ocurrió en 2006, y se quede la administración sin dinero inclusive para financiar los programas más puntuales para el pueblo. Es la visión que castra el orgullo del ciudadano de saberse útil y mengua su responsabilidad personal en la forja de su propio porvenir. Es como la mano extendida del pedigüeño.

Alrededor de esas visiones en conflicto abundaré en otra ocasión. Ahora me atengo a la otra razón que evidencia la importancia histórica de la convocatoria a las urnas el 6 de noviembre próximo.

Por primera vez en más de medio siglo -en 519 años exactamente, es decir, desde nuestro surgimiento como pueblo-, los puertorriqueños tendremos la primera oportunidad en...

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