El debate de la rabieta

CARLOS E. DÍAZ OLIVO

ABOGADO Y ANALISTA POLÍTICO

Que alguien pueda plantear como una gran victoria, una rabieta programada, abrasiva y forzada resulta en extremo preocupante. El líder verdadero no es un "bully" político. Por el contrario, este se caracteriza por su profundidad intelectual, por la firmeza de sus principios y por su elegancia y el respeto continuo hacia sus adversarios. Eso es lo que distingue a los grandes de los que no lo son. Por ello resulta impensable imaginarnos a un Luis Muñoz Marín, a un Roberto Sánchez Vilella o a un Luis Ferré en la posición que se colocó a sí mismo García Padilla. Igualmente resulta impensable visualizar al presidente Obama en semejante escenario.

Los políticos modernos confunden la firmeza y la convicción de principios, con la gritería y la histeria. A García Padilla se la ha cuestionado si cuenta con la profundidad, la madurez y el temple para ser gobernador. Su proceder errático y sus inconsistencias acentúan tales cuestionamientos y opacan sus virtudes. Los asesores del candidato deben entender que esas dudas no se despejan poniendo a Alejandro en situaciones de confrontación o de "jaibería política", sino proyectando aplomo, mesura y reflexión de pensamiento. La estrategia hasta ahora...

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