Diez años de cárcel por acoso sexual a menor

Por Mariana Cobián

mariana.cobian@gfrmedia.com

Leo de la Rosa Merán, de 45 años y predicador del Ministerio Sanidad Completa en Río Piedras, fue sentenciado ayer a 10 años de prisión y 15 años de libertad supervisada por intentar persuadir y coaccionar a una adolescente para sostener actos sexuales. El juez federal José A. Fusté ordenó además que durante ese período tampoco podrá volver a predicar. El hoy convicto se había declarado culpable el 29 de agosto pasado.

En la lectura de sentencia, el fiscal Marshal D. Morgan presentó en sala las grabaciones de las conversaciones en las que con lujo de detalles se podía escuchar cómo De la Rosa buscaba aprovecharse de su víctima. Las conversaciones ocurrieron entre noviembre del 2012 y mayo del 2013. La perjudicada dijo que las grabó por miedo a que no le creyeran lo que sucedió.

Antes de escuchar la pena que se le impondría a De la Rosa, quien está casado y tiene hijos, y al conocer que el fiscal federal se disponía a presentar las grabaciones en sala, la abogada Melanie Carrillo informó a su cliente de lo que estaba por ocurrir y le pidió a los familiares y feligreses que fueron a apoyarle en sala que esperaran afuera.

Carrillo trató de minimizar los actos de su representado al indicar que la joven se graduó de escuela superior, que al momento de los hechos tenía 17 años y medio, por lo que era casi una adulta, a lo que el juez dijo: "¿Y?"

"Ella era una menor y él estaba en una posición privilegiada en un sentido de obtener lo que quería de ella. Era predicador, una persona con habilidad de convencer a las personas, de hablar. Bajo ese manto, hizo lo que hizo", manifestó Fusté.

"Donde hay adultos, hay menores. Así que no será predicador mientras esté bajo supervisión. No lo quiero alrededor de la iglesia. Puede predicar a su familia y a sí mismo. No más predicaciones", advirtió el juez.

En la conversación telefónica el predicador agregó que se excitó por hablar con ella y le pide una foto de sus partes íntimas, a lo que ella contesta que no. Él insiste y le dice "potranca de papi, tú eres mi amor". En otra parte de la conversación, él ofrece prestarle un carro, pero le advierte que no le puede hacer daño a la carrocería y "no puedes andar con ningún hombre por ahí, mi puchunga" y le ofreció un BMW o un Mercedes, entre otros vehículos.

La tercera conversación telefónica ocurrió el 16 de mayo pasado, cuando él le pide verle "la barriguita" y le decía querer "oler tu respiración" y que estaba...

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